La cascada de reservas anticipadas augura en Barbanza un verano de hoteles al 100 %

Ana Gerpe Varela
a. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

CARMELA QUEIJEIRO

El turismo nacional copa la demanda en los establecimientos

24 may 2021 . Actualizado a las 20:26 h.

Con la incertidumbre de un virus que puede provocar un inesperado giro de acontecimientos pese a la relativa tranquilidad que proporcionan las vacunas, el sector hostelero de Barbanza encara el verano con excelentes perspectivas. La cascada de reservas anticipadas que ha comenzado a registrarse desde el levantamiento del estado de alarma y el fin de las restricciones a la movilidad augura un verano de hoteles con el cartel de completo.

De hecho, son muchos los propietarios de negocios que afirman tener ya un elevado número de habitaciones ocupadas para agosto. También para julio aparecen clientes e, incluso, hay solicitudes para junio y septiembre. En el hotel Lombiña de A Pobra, Maika Tubío indica que «la previsión es que estemos completos». Precisa que la mayoría de quienes se han asegurado disponer de una plaza son usuarios de años precedentes y que las estancias suelen prolongarse unas dos semanas.

Después de un duro invierno con actividad bajo mínimos, el empresario José Norat, al frente del Norat Palmeira Playa, concreta que el establecimiento está ya al 40 % para el verano. Comenta que registran un buen ritmo de reservas «estoy contento, es mejor de lo esperado». Precisamente, con el fin de atender las demandas de los usuarios, el negocio quiere reforzar su plantilla con tres camareros, un cocinero y un ayudante de cocina.

Cabe señalar que en la totalidad de negocios consultados indican que los turistas nacionales copan la demanda. Las procedencias más habituales son Madrid, Barcelona, las comunidades de Castilla y el País Vasco.

En el Jopi de Boiro, donde están haciendo una reforma interior por plantas para mejorar las instalaciones, Samuel López recalca que «las expectativas son buenas». Lo fueron ya el fin de semana que coincidió con el festivo del Día das Letras Galegas, en el que tuvieron ocupadas la totalidad de las habitaciones disponibles: «El fin de las restricciones se notó ampliamente».

De larga duración

El responsable del Hotel Noia, Carlos Tomé, destaca el hecho de que las reservas que le llegan son para estancias de larga duración. Incluso afirma haber recibido algunas de extranjeros. Es optimista e indica que «a medida que empecemos a salir de este letargo sería normal que lográsemos el lleno». Sin embargo, Tomé también procura mantenerse cauto: «Dependemos de muchos factores».

Desde el Atmos Hotel, abierto hace solo unos meses en el municipio de Outes, también comentan que están recibiendo bastantes solicitudes para alojarse en sus instalaciones.

También se muestra satisfecha Maruxa Senande, al frente de La Muradana: «Hay estancias prolongadas, de hasta 15 o 20 días, algo que antes no era demasiado habitual». En su caso, varios de quienes han contactado con el establecimiento son clientes habituales del período estival.

Sin embargo, afirma estar sorprendida porque entre quienes buscan habitación «hay muchas familias, matrimonios con uno o dos hijos». Asimismo, recalca que desde el levantamiento del estado de alarma se han animado los fines de semana.

Pese a que la actividad vuelve a dinamizarse y los negocios hosteleros confían en iniciar la remontada, son conscientes de que existe una gran inseguridad entre los clientes. Mayka Tubío precisa que «existe preocupación por los cierres y muchos preguntan por la política de cancelación».

En términos similares se expresa Rafa Míguez, del hotel Cabío, al comentar muchos llaman para solicitar información. Pese a la indecisión, tiene completa la primera semana de agosto.

Los alojamientos rurales mantienen el tirón de años precedentes

«Isto vai sobre rodas», afirma Carmen Ferreirós, propietaria del alojamiento rural Os Muíños de Rianxo, cuando se le pregunta si está recibiendo reservas. Especifica que en agosto solo quedan días sueltos y que comienzan a cubrir huecos en junio y julio. También en su caso reseña que «cando rematou o estado de alarma foi cando empezaron a chegar as solicitudes. A xente estase animando, quere viaxar».

Hasta la feria de Fitur se marchó estos días el dueño de A Morada da Moa de Carnota, Toño González, quien precisa que «as cousas van moi ben para xullo e agosto, e xuño comeza a arrancar». Predominan los clientes nacionales, aunque concreta que «tamén hai algún inglés». Está convencido de que «vai ser un bo verán», aunque también recalca que «de non ser así isto sería unha ruína. Penso que a comarca de Carnota volverá ter tirón».

Por su parte, Manuel Lema, dueño de As Cabanas do Barranco en Outes, subraya que para estos alojamientos la demanda es muy elevada: «Estamos desbordados, practicamente todo ocupado ata setembro». La empresa también pose una casa rural que, en este caso, indica Lema que todavía está disponible.

Sálvora

Salir del bache

Tras confinamientos, cierres y otros condicionantes para moverse, buena parte de la población lleva más de un año sin salir de casa. La gente tiene ganas de moverse y, por lo que parece, destinos poco masificados como los de Barbanza son una alternativa. Será la mejor manera para muchos negocios de salir del bache.