Barbanza encara un verano con avalancha de bodas, bautizos y primeras comuniones

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

OUTES

cedida

Apenas quedan fechas libres en los principales negocios de banquetes

08 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia motivó que un buen número de celebraciones quedaran en el 2020 pendientes de fecha o directamente fueran trasladadas a este año. A ellas se le fueron sumando otras conmemoraciones y el resultado es un verano con avalancha de bodas, bautizos y comuniones. Esa es al menos la conclusión que se puede extraer de las agendas que manejan los principales negocios de Barbanza especializados en banquetes. Ahora falta ver si esas reservas se materializan y conservan el número de invitados para comprobar si es factible o no salvar el año.

Desde Chicolino, en Boiro señalan que para el verano apenas quedan fechas disponibles e, incluso, están entrando bastantes reservas para el 2022, ante el convencimiento de la gente de que la situación mejorará notablemente para entonces. Los mismo ocurre en el Pazo do Tambre de Outes, que tiene lleno hasta noviembre, y en el Baiuca de Ribeira

En todos ellos, los principales cambios afectan a la hora de las bodas, pues casi todas están programadas para el mediodía, cuando antes de la irrupción del covid se imponían las ceremonias nocturnas, y en el número de invitados. Aunque en Chicolino todavía tienen previsto preparar algún banquete para 150 personas o más, en el Baiuca aseguran que la mayor parte de las bodas contratadas son pequeñas: «Moitas foron reservas case de última hora e de entre 20 e 30 persoas».

El objetivo, salvar el año

La cifra de comensales es un dato fundamental para los negocios del sector, pues determina la facturación. Desde el restaurante ribeirense no tienen muchas esperanzas de mejorar los datos del año pasado: «Había máis incerteza, pero fixéronse algúns banquetes con moitos convidados. Este ano, a xente vai a tiro fixo e xa optou por reducir».

El número de comensales es también la gran preocupación de los responsables del Pazo do Tambre: «Salvar el año dependerá de las personas que acudan a los eventos y ahí influirán tanto las restricciones como el miedo de la gente, factores que no podemos prever ni controlar».

Con el fin de aportar cierta garantía a los organizadores de las celebraciones y a los invitados, el establecimiento de Outes ofrece la posibilidad de contratar un servicio anticovid. Consiste en la instalación de una carpa que se situaría en la entrada del recinto, en la que personal sanitario practicaría pruebas de antígenos a todos los invitados.

«Dentro do malo, é unha boa data para casar, porque non sabemos como virá o futuro»

Octubre del 2020 fue la primera fecha que la vecina de Santa Comba Samanta Varela y el rianxeiro Manu Gómez fijaron para darse el sí quiero. Como le ocurrió a tantas otras parejas, la pandemia motivó que aplazaran sus planes de boda y se decantaron por mayo del 2021, confiando en que la situación mejoraría con el paso de los meses. No fue así y por eso, por la cabeza de ambos pasó en más de una ocasión la idea de posponer el gran día, pero finalmente optaron por seguir adelante.

 Hoy, Manu y Samanta se convertirán en marido y mujer durante una ceremonia que tendrá lugar en los jardines del restaurante Chicolino. Allí compartirán después un banquete con sus amigos y familiares. El covid motivó un número importante de bajas: «Iamos ser cen, pero foron caendo os que viñan de fóra de España e algúns que viven con xente maior e teñen medo. Quedamos en 65», explica él.

Ambos reconocen que los contratiempos a los que han tenido que ir haciendo frente y sobre todo la incertidumbre provocaron momentos de flaqueza, pero Manu puso la dosis de objetividad necesaria para despejar todas las dudas: «Dentro do malo, é unha boa data para casar, porque non sabemos como virá o futuro». Samanta aceptó la teoría, si bien no oculta que al principio tuvo sus dudas, sobre todo cuando supo que precisamente el 9 de mayo llegaría a su fin el estado de alarma: «Si que pensei en retrasar a voda unha semana, pero ao final, como tampouco estaba claro o que ocorrería co toque de queda, decidimos seguir adiante».

Y ayer, a unas horas de pasar por el altar, ambos aseguraban que, pese a la sombra del covid, tendrán la boda de sus sueños: «Iso está clarísimo, porque me caso coa persoa que quero», sentenciaba Manu. Ni siquiera les importa haber tenido que renunciar a una luna de miel al uso, traspasando las fronteras de España, sino que están satisfechos con la opción que han elegido de trazar sobre un mapa una ruta para realizar en coche. Lo importante, dicen, es estar juntos.