Veraneo con miedo al covid-19

Carmen Alborés. Outes BUZÓN DEL LECTOR

OUTES

23 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

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S upongo que este verano me traerá recuerdos de mi infancia, éramos poquitos en la playa, un bañador, un cubo decorado, un rastillo de hojalata, un flotador y un gorro de playa era todo lo que necesitábamos. No usábamos protectores solares. Nuestras madres a veces ni se ponían el bañador, iban con un vestido fresco y un sombrero, siempre alerta para que no nos ahogásemos. Era muy divertido bañarse, coger camarones en las charcas, berberechos, mejillones y caramuxas para luego comerlos al llegar a casa.

En la playa de Esteiro no había extranjeros, al acabar el baño merendábamos en la misma playa y volvíamos a A Serra de Outes en una rubia que alquilaba mi familia, eso sí, siempre cantando durante el trayecto. En nuestro veraneo éramos tan felices como los niños que pintaba Sorolla tumbados en el agua en la playa de la Malvarrosa.

Ahora no me imagino el verano que nos espera, estaremos en constante alerta para guardar la distancia de seguridad, con nuestra mascarilla en el capazo, saludando de lejos, con miedo a ser contagiados por cualquiera, miedo si alguien estornuda o tose a nuestro lado, miedo a que los niños nos toquen, nos salpiquen.

Este verano va a ser diferente, estaremos padeciendo el distanciamiento social de dos metros. No tocaremos nada que haya tocado otro antes, es comprensible, pero entonces nuestra vida en poco se diferenciará de la de algunos monjes. Seremos más introspectivos y pensaremos más en la trascendencia de nuestra vida, o tal vez desearemos y estimaremos mucho más el contacto personal por la nostalgia de haberlo perdido durante el largo tiempo que vivimos atenazados por miedo al coronavirus. ¡Ojalá después de esta experiencia otro mundo mejor sea posible! Dicen que de todo lo malo siempre sale algo bueno y yo estoy segura de que nuestros encuentros, incluso con los desconocidos, van a ser más afectuosos y, pese a la distancia física, nos sentiremos mucho más cerca emocionalmente. Carmen Alborés. Outes