De Santiago a la playa por autovía en el 2027: las obras para desdoblar el vial Brión-Noia comenzarán el año que viene

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

NOIA

PACO RODRÍGUEZ

La Xunta prevé aprobar el proyecto en el segundo trimestre del 2025, para expropiar los terrenos y licitar después unos trabajos con un plazo de ejecución de 18 meses

23 nov 2024 . Actualizado a las 21:28 h.

Las obras que permitirán la conexión completa por autovía de Santiago con la costa de Barbanza ya tienen fecha de inicio. El Consello de la Xunta acordó este lunes, en una reunión semanal celebrada por vez primera en Noia, someter a información pública el proyecto de trazado de la primera fase de la conversión en autovía del vial de altas prestaciones Brión-Noia (CG-1.5), que afecta a 9,6 de los 18,2 kilómetros de su recorrido. El Gobierno autónomo asegura que el proceso que se activa para aprobar el proyecto, expropiar los terrenos necesarios y licitar las obras permitirá su inicio ya en el 2025, con un plazo de ejecución de 18 meses, por lo que estaría listo en el 2027. De este modo, los trabajos arrancarán prácticamente 10 años después de que, en el 2016, la vía de altas prestaciones cumpliera por vez primera el requisito de un tráfico de 10.000 vehículos diarios de media al que la Xunta supeditó su desdoblamiento.

Alfonso Rueda explicó que el proyecto aprobado provisionalmente por el Gobierno autónomo será sometido en las próximas semanas a información pública durante 30 días. El cronograma elaborado por la Consellería de Vivenda e Infraestruturas contempla la aprobación del proyecto durante el segundo trimestre del 2025, para realizar a continuación la convocatoria del levantamiento de actas previas de las expropiaciones y licitar la ejecución de unas obras que, en esta primera fase, implicarán desdoblar en autovía del 60 % del trazado de la vía de altas prestaciones que da continuidad a la AG-56 (Santiago-Brión) hasta Noia. El presidente de la Xunta estimó que el presupuesto rondará los 29 millones de euros.

Se trata de un proyecto que, en amplios tramos del trazado, está facilitado por el hecho de que la construcción de la actual vía de altas prestaciones —con tres carriles que se alternan en ambos sentidos durante el recorrido— ya reservó el terreno para incorporar el cuarto carril necesario para su conversión en autovía. Esa reserva también se tuvo en cuenta en los pasos superiores e inferiores, por lo que solo será necesaria su ampliación en el inferior que está a la altura del punto kilométrico 11,99. Las obras se centrarán en el tramo comprendido entre los kilómetros 11,64 y 21,3. El desdoblamiento se realizará hacia el lado izquierdo, lo que permitirá mantener la estructura actual al situarse en el lado contrario del carril lento. La Xunta destaca que esto facilitará que se pueda mantener la funcionalidad durante la ejecución de las obras.

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La nueva autovía dispondrá de las mismas características que la que une desde el 2008 Santiago con Brión, con dos carriles por sentido con un ancho de 3,5 metros, andenes de 2,5 en el exterior y de un metro en el interior, y una mediana de 3 metros. Vivenda e Infraestruturas avanza que las obras obligarán a realizar modificaciones en la conexión con la AG-56 para adaptar su trazado a la nueva autovía. Esto implicará la desaparición del ramal de Gundín, que no podrá conservarse con el desdoblamiento. Los nuevos enlaces estarán en Urdilde (punto kilométrico 15,4) y en Martelo (18,93). Además, se construirá un nuevo viaducto en Naveira, que será gemelo del puente actual, con 7 vanos y 40 metros de luz entre las pilas.

Siete años de trámites y un goteo de asignaciones presupuestarias que no se ejecutó

La Xunta asumió el compromiso de desdoblar el vial Brión-Noia en cuanto alcanzó el umbral de los 10.000 vehículos de media diaria, en el 2016. Desde entonces, la actuación que el Ejecutivo ahora encarrila formó parte de sus planes, aunque sin excesivo entusiasmo. Porque, desde que en el 2017 anunció por vez primera la licitación de la redacción del proyecto de la primera fase, han pasado siete años. Ese compromiso también tuvo reflejo contable, con la inclusión del desdoblamiento en todos los proyectos de Presupostos desde el 2018. Entre ese ejercicio y el del 2022, la consignación fue siempre la misma, 250.000 euros, una pedrea que quedaba en el papel pero que nunca llegaba a ejecutarse. La Xunta subió la apuesta en las cuentas del 2023, cuando elevó la partida para convertir en autovía la CG-1.5 hasta el millón de euros. Aunque, como en los casos precedentes, de su ejecución nunca se supo. Finalmente, en el proyecto de Presupostos que el Gobierno de Rueda presentó en octubre al Parlamento aumentó la consignación hasta 4 millones, que ahora sí invertirá.

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Accidentes mortales

Además de alcanzar el umbral del tráfico requerido, otro factor que constataba la necesidad del desdoblamiento es la peligrosidad del trazado actual, escenario de varios accidentes mortales. Los más graves sucedieron en noviembre del 2014, en una colisión en el término municipal de Rois en la que perdieron la vida cuatro personas (tres de la misma familia), y en septiembre del 2022, cuando perecieron un vecino de Noia y otro de Sigüeiro. Esa siniestralidad espoleó a los alcaldes para reclamar la autovía.

Ahora sí, nadie le llamará corredor

A medio camino entre la carretera convencional y la autovía, proliferaron en Galicia lo que los dirigentes de entonces dieron en llamar, con muy poco tino, corredores. Sin necesidad de reparar en tan desafortunada denominación, son trazados con diseños que invitan a circular como si de una autovía se tratara, cuando sus características quedan muy lejos. Y el vial Brión-Noia es un buen ejemplo. Su alta siniestralidad evidenció desde hace años la urgencia de abordar el desdoblamiento con el que se diseñó. Con decir vía de altas prestaciones donde antes se hablaba de corredor no basta.