El «non á mina, si á ría» adquiere una nueva dimensión en la zona cero de la discordia

Christopher Rodríguez
Christopher rodríguez LOUSAME / LA VOZ

NOIA

Christopher Rodríguez

Decenas de profesionales del mar mostraron su total rechazo a los vertidos en San Finx

10 jul 2023 . Actualizado a las 11:39 h.

«Non á mina, si á ría». Este lema lleva retumbando en toda la zona de Muros-Noia desde que se hiciese pública la decisión, por parte de Augas de Galicia, de autorizar vertidos procedentes de la mina de San Finx. Casi medio año después, la proclama ha adquirido una nueva dimensión de la mano de una multitudinaria manifestación en la zona cero del conflicto, en donde decenas de profesionales del mar mostraron su absoluto rechazo a la medida aprobada.

Desde las 11.00 horas, la mina de San Finx se convirtió en un auténtico hervidero gracias a los autobuses fletados desde Noia por parte de la plataforma comarcal contra los vertidos junto con Ecoloxistas en Acción, que llegaron a Lousame cargados de ganas de hacer ruido por su amada ría. Silbatos, carracas, bocinas y gritos, además de disfraces de la parca con guadañas con el nombre «mina de San Finx» grabado, protagonizaron la movilización en su comienzo.

Tras la ebullición inicial, Rogelio Santos, presidente de la plataforma contra los vertidos, además de los patrones mayores del área —Noia, Muros, Porto do Son, Portosín y Lira— agarró el micrófono para poner voz a unas quejas que se extienden a lo largo de todo el sector marítimo.

«Emociona ver aquí a tantos mariñeiros e mariscadores dos de verdade, dos que collen o que hai no mar e saben como protexelo e coidalo», aseveraba convencido Rogelio Santos antes de ceder la palabra al patrón mayor de Noia, Santiago Cruz.

Clamor por su trabajo

«O pesadelo da mina esta que nos quere envelenar a ría quita anos de vida. Vai ser a ruína de toda a comarca», explicaba en tono firme Cruz a la vez que solicitaba que dejasen trabajar a los profesionales del mar.

En la misma línea se movió Isaac Gaciño, patrón mayor del pósito de Portosín, que afirmó que no pueden permitir ninguna clase de contaminación en los productos «de máxima calidade que temos».

Tras esto dio comienzo un curioso entierro simbólico en el que se dio sepulcro a todos y cada uno de los productos que produce la ría, acompañados de unos simpáticos rezos que cantaron al unísono sus asistentes. Con una autoflagelación utilizando hojas de eucalipto se dio paso a una actuación musical. El ritmo precedió a la comida, en una degustación de productos de la ría que, tal y como señalaron desde Ecoloxistas en Acción «podería ser a última».

El sector marítimo unió sus fuerzas en contra de lo que consideran injusto y, según se pudo entrever ayer, no van a ceder ni un milímetro hasta detenerlo.