Óscar Agraso: «Eu si quero traballar de camareiro, non hai que ir buscar ningún astronauta»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

Carmela Queijeiro

El noiés reivindica la profesión, pero siempre que se pague un sueldo digno y no se explote al trabajador

18 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El problema de la hostelería tiene dos bandos: los propietarios lloran porque no encuentran trabajadores para el verano, y los empleados se quejan porque las condiciones laborales son esclavistas. Pero ni tan bonito es para unos, ni tan negro para otros. «O que pasa é que agora se están pagando os pratos rotos de habelo feito mal moitos anos. Parece que se lle bota a culpa a que a xente non ten ganas de traballar, pero é polas condicións salariais e de horario».

El que habla es Óscar Agraso, un noiés al que le encanta el mundo de la hostelería, en el que estuvo bastante tiempo —incluso regentó un pub—, y al que no le importaría volver porque actualmente no tiene empleo porque está cuidando de su abuelo. «Eu si quero traballar de camareiro, non hai que ir buscar ningún astronauta, pero cunhas condicións dignas. Se me dan 1.500 euros, dúas pagas extras e facer 40 horas á semana, eu non busco noutro lado», apunta.

Esas eran las cláusulas del contrato que tenía en una empresa de Padrón en la que estuvo empleado el último año, «e aínda que era un traballo duro, eu quedei encantado, porque si facías unha hora de máis cha pagaban ao dobre». Sin embargo, él lo tiene claro, y si le dan a escoger entre volver a esta fábrica o ponerse detrás de la barra, elegiría lo segundo: «De Noia tiña que ir ata alí, e se aquí un bar me paga o mesmo e cunhas condicións similares, xa non busco máis, vou agora mesmo».

 Responsabilidad

Agraso también es consciente de que para demandar ese sueldo y esas condiciones laborales hay que responder y dar el callo en el trabajo. «Un non pode dicir quero que me paguen isto e logo non rendilo. Hai que saber traballar en hostalaría e ser responsable, non é só esixir e dicir quero cobrar, hai que ser eficiente».

El noiés reconoce que en los últimos años se avanzó bastante para mejorar tanto los sueldos como las jornadas laborales de los camareros, que ya no son lo que eran y ahora tienen más descansos. «Non lle queda outra aos empresarios, porque antes o normal era traballar 11 ou 12 horas, estar asegurado por catro e cobrar por oito», apunta Agraso, que insiste en que su experiencia en la hostelería siempre fue buena.

«Antes o normal era traballar 11 ou 12 horas, estar asegurado por catro e cobrar por oito»

También especifica que hay que distinguir entre los trabajadores que solo están contratados en verano y aquellos que son fijos. «Saben que perden todos os fines de semana e festivos, e si tes que sacrificar iso, polo menos que cho compensen economicamente», insiste. Aunque no es la misma situación, pone como ejemplo algunos trabajos de riesgo, como los soldadores submarinos, que se exponen a unas condiciones muy peligrosas, «pero poden cobrar 5.000 ou 6.000 euros ao mes. É un risco, pero llo compensan. O que non pode ser en hostalaría é sacrificarte, facer horas extras, e recibir un soldo de 1.000 euros xustiños».

Agraso también aclara que hay excepciones y que puede haber momentos en los que un local está pasando por dificultades «porque subiu a luz, os prezos de todo... Pero iso xa é outro tema. Se un local non é viable, non pode ser viable a conta dos traballadores. Si un local ten seis camareiros e asegúraos a todos por catro horas en vez de oito, está aforrando 300 euros por cada empregado. Ao final o negocio está sendo viable grazas as malas condicións laborais dos camareiros».

Como en todo, no se puede meter en el mismo saco a todos los hosteleros, porque hay muchos que cumplen. Pero Agraso cree que es importante que el sector siga dando pasos al frente para mejorar las condiciones de los empleados, porque solo así conseguirá trabajadores. Él es el primero que está dispuesto a coger la bandeja.