Tirar cáscaras o escupir en la calle y poner música a todo volumen en la playa puede ser motivo de multa en Barbanza

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

En Noia instalaron carteles en diversos parques para informar sobre la normativa.
En Noia instalaron carteles en diversos parques para informar sobre la normativa. MARCOS CREO

Las sanciones se miden según su intensidad, pudiendo penarse las faltas más graves con hasta 3.000 euros

07 sep 2023 . Actualizado a las 18:52 h.

Hace unos pocos años, un par de jóvenes de Avilés fueron multados por comer pipas y tirar las cáscaras al suelo. La noticia provocó revuelo y se tildó la actuación de los agentes de la Policía Local de exagerada. Pero lo cierto es que existen ordenanzas municipales que explícitamente recogen que este tipo de conductas son sancionables, y no son las únicas. En Barbanza también hay normativas al respecto en los diferentes municipios. Por supuesto, las infracciones se tipifican según su gravedad y las cuantías económicas que se deben abonar varían según el nivel en el que se encuentren. Por ejemplo en Noia, la ordenanza de limpieza y ornato público las fija en tramos de 50 a 750 euros, 750 a 1.500 y de 1.500 a 3.000 euros.

Sería extraño ver a alguien cambiar el aceite de su coche en una calle noiesa, pero si lo hace debe saber que se enfrenta a una multa grave, al igual que si se realizan «actos de publicidade ou propaganda mediante o reparto ou lanzamento de carteis, folletos, etc... que ensucien os espazos públicos». Más factible es que un ciudadano tire en la calle cáscaras de pipas, pistachos u otros frutos secos, una colilla, papeles, chicles o envoltorios. Esa conducta incívica también se sancion, con multas de entre 50 y 750 euros, ya que los puntos en los que deben depositarse son las papeleras.

Actos cotidianos como regar las plantas también hay que realizarlos con cuidado. En las que están situadas en ventanas, balcones o terrazas tan solo podrá hacerse en Noia entre la medianoche y las 7.00 horas, «sempre e cando se adopten as debidas precaucións para non producir molestias nin prexuízos a veciños, peóns, automóbiles e, en xeral, calquera ben privado ou público». Aunque no sea agradable, muchas veces también se ve a gente escupiendo en la calle. Hacerlo si te ve un agente de la ley, también acarrea multa.

Gestión de residuos

La ordenanza de limpieza y ornato público vigente en Porto do Son va más allá, y habla específicamente de la gestión de residuos. Este ya es un tema más serio, porque puede tener consecuencias más perjudiciales y por ello, las sanciones son más elevadas. Por ejemplo, se considera muy grave el «abandono, vertido ou eliminación incontrolada de residuos perigosos». En este supuesto, la sanción va desde los 300.001 euros hasta los 1.750.000.

De carácter leve se consideran no cumplir las normas en el depósito de residuos en los contenedores, como puede ser tirar la basura orgánica fuera del horario establecido para ello —de 20.00 a 22.00 horas—, lo que podría acarrear una multa de hasta 900 euros.

Por lo que respecta al mantenimiento de las condiciones de salubridad y ornato público, la ordenanza sonense es similar a la noiesa, también en lo que respecta al régimen sancionador.

En Boiro hay que recurrir a la normativa sobre medio ambiente para saber que, entre otras cuestiones, arrojar o abandonar residuos —lo que abre un amplio abanico de opciones— en la vía pública o en lugares distintos a los especificados por el Concello puede costar hasta 750 euros.

En pesetas

El reglamento municipal de Ribeira tiene ya unos años y, de hecho, la cuantía de las sanciones viene todavía especificada en pesetas. Eso sí, el espíritu lo comparte con los más modernos porque está prohibido tirar colillas, cáscaras, papeles u otros desperdicios semejantes a la vía pública.

Tampoco se puede en la capital barbanzana lavar el coche o cambiar el aceite a los vehículos en la calle, ni sacudir prendas o alfombras desde las ventanas, balcones o terrazas.

En las playas con la música baja y la ropa tendida que no esté a la vista en Rianxo

Las playas son lugares para el disfrute de todos, por eso la convivencia y el respeto es esencial entre los bañistas. Lo saben bien en localidades como Carnota y Muros, con ordenanzas específicas para los arenales. La música acompaña a muchos usuarios y siempre que no cause molestias al resto está permitida, pero si su volumen es excesivo podría denunciarse, como a quien juegue a las palas o a la pelota en zonas en las que pueda molestar a otras personas. Las multas oscilan entre 90 y 500 euros, en las playas carnotanas y muradanas.

El ruido es algo que también se regula y como estipula la normativa de Rianxo, se sanciona con hasta 3.000 euros dependiendo de la infracción. En esta localidad, como en muchas otras, también está prohibida una práctica que antaño era muy común y que aún se puede ver en ciudades como Oporto y Lisboa, tender la ropa hacia la calle. Al ser esta una falta considerada leve, lo máximo que se pagaría serían 750 euros.