El mariscador de Noia que posee el premio rey del dibujo

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

MARCOS CREO

Quico Pérez, el presidente del colectivo de productores a pie,  ganó el certamen Castelao de Banda Deseñada 2022

22 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Es un habitual de las playas de Noia. Rastro en mano, integra el batallón que escarba la arena en busca de tesoros marinos que aparecen en forma de berberechos y almejas. Desde las últimas elecciones a patrón mayor, incluso preside el sector de a pie de la cofradía San Bartolomé. Pero detrás de ese hombre de mar se esconde un artista. Francisco Pérez Villanueva, Quico, (Noia, 1975) empezó a dibujar cuando era pequeño, como casi todos los niños, pero en su caso nunca lo dejó, al contrario, y la ilustración se convirtió en su gran pasión. Trabajos esporádicos en diversas editoriales y varios galardones forjaron una trayectoria que el año pasado llegó a su culmen con la consecución del premio estrella en Galicia, el Castelao de Banda Deseñada impulsado por la Deputación de A Coruña.

Pese a la facilidad que siempre tuvo para plasmar sus ideas y sentimientos a través de dibujos, Quico Pérez nunca apostó fuerte por el mundo del arte: «Tirei por unha rama que pensei que podía ter máis futuro, algo do que me arrepinto moito». Se matriculó en Ingeniería Agrónoma, «pero aquilo era un camiño sen saída». Y lo dejó para probar el grabado y la estampación en la Escola de Artes e Oficios de Lugo. Guarda buenos recuerdos de aquella etapa, pero no llegó a finalizar los estudios.

El primer galardón

Fue durante su estancia en la ciudad luguesa, con poco más de 20 años, cuando la afición por el dibujo le dio la primera alegría: «Vin un cartel sobre un concurso de cómic. O prazo para concorrer acababa ao día seguinte, pero decidín probar sorte. Fixen a obra nunha noite, gustoume o resultado, presenteino e gañei». Era el certamen Ágora Cultural, tras el que llegaron otras victorias, como la conseguida en la Tira por los Derechos Humanos, el Pura e Dora de Ilustración o el Virxinia Pereira.

En su faceta como ilustrador, Quico Pérez fue simultaneando los concursos con trabajos para editoriales como Toxosoutos y Anaya, casi siempre de libros infantiles, y con unidades didácticas. Recuerda con especial cariño la que hizo por encargo de la Xunta de Galicia sobre los gusanos de seda: «Gustoume moito o resultado, porque se acompañaba dunha caixiña para que os cativos gardasen os vermes. Fíxome ilusión porque se distribuíu nun feixe de colexios».

Pero, sin duda, la gran recompensa le llegó el año pasado, cuando se hizo con el Premio Castelao de Banda Deseñada: «Sempre me quixera presentar, porque son o presidente dun club de cómic de Santiago e hai un par de integrantes que teñen o galardón, pero nunca me decidira, ata o 2022». Montó su trabajo a partir de una serie de historias cortas que tienen a las estrellas como protagonistas.

Pese a los reconocimientos, vivir del dibujo no es fácil, por lo que Quico Pérez emprendió hace casi una década su trayectoria como mariscador: «Aquí en Noia é a saída que hai». Aunque lo dice con cierto tono conformista, admite que le gusta la playa: «É un luxo traballar ao aire libre, vendo o amencer. Ademais, cada un vai ao seu ritmo, non hai que fichar, e se un día queres falar sóbrache con quen, pero se queres estar só, a praia é moi grande».

Un sueño por cumplir

Claro que convertir su pasión por la ilustración en su profesión es una idea que le seduce: «Gustaríame si, pero se non o intento é porque son moi preguiceiro e organízome fatal». Añade que ello implicaría asumir una serie de funciones que no le atraen demasiado: «Polo xeral, non chega con debuxar, senón que hai que darlle publicidade aos traballos, buscar clientes, facturar... e esa parte é moi pesada e aburrida».

Aún así, no descarta que llegue el día en el que pueda vivir del dibujo. De ser así, le gustaría dedicarse a la confección de álbumes ilustrados dirigidos a los niños o a la realización de portadas para libros. Como lector, su género preferido es otro muy distinto, el de terror, pero es consciente de que es incompatible con ese público al que pretende enfocar sus trabajos.

Quico Pérez no se encasilla en un estilo o una temática determinados, al contrario, ve el dibujo como la forma perfecta de sacar lo que lleva dentro, de expresar sus ideas y sentimientos: «Nunca me gustou ser un autor facilmente recoñecible, senón todo o contrario».