El Levante se impuso a un Noia Portus Apostoli que sucumbió con orgullo (2-3)

Apretó los dientes hasta el final el Noia Portus Apostoli, pero en esa ocasión no fue suficiente. En el primer partido de la historia del Agustín Mourís en la Liga Nacional de Fútbol Sala, el Levante demostró que en esta competición nadie regala un centímetro. Los tres puntos se los llevó el conjunto visitante gracias a una pegada digna de elogio, sumada a tres goles de bella factura que demostraron los quilates que atesoran sus futbolistas.

Grogui, quizás por la presión de debutar ante su gente, el Noia saltó a la cancha tímido y excesivamente tibio en el repliegue y la disputa. Fue así que cuando no se habían jugado ni dos minutos, Pedro Toro, tras girarse en el balcón del área sin demasiados problemas, batió a Henrique. Jarro de agua fría para los de Marlon Velasco, que vieron como el partido se le ponía cuesta arriba en el 6, momento en que Jamur, tras una jugada de estrategia ejecutada por Tolrá, hizo el 0-2 con un zurdazo inapelable.

A partir de ahí bajó revoluciones el Levante, que se afanó en cerrar huecos y desesperar a un Noia al que le costaba crear espacios y llegar a la meta de un Fede que brilló con fuerza en Galicia. Con el bloque visitante replegado comenzaron a carburar los barbanzanos, sobre todo gracias a un Edu Jabá frenético y atrevido. Sin demasiadas ideas, los disparos de Lluc, Jabá y Power se encontraron un Fede que en su primer visita a Noia vivía una tarde sumamente plácida.

Revolución

Necesitado de un cambio, el Noia dio un paso al frente tras el paso por los vestuarios. La grada rugía y los jugadores comenzaron a acogotar a un Levante que se defendía panza arriba. Poco pudo hacer el conjunto visitante en el minuto 26, cuando Jabá, tras una jugada individual, filtró un balón a Pirata que, eléctrico, golpeó a la red con la zurda.

El 1-2 abalanzó a los locales contra el conjunto dirigido por Sergio Mullor, que se desgañitaba en la banda. No había pasado un minuto del tanto de Pirata que Neguinho, tras un error en la salida rival, se plantó delante de Rafa y lo batió con un sutil toque al palo largo.

El 2-2 dejó el duelo para cualquiera de los bandos. Más cargado de faltas, el Noia buscó fortuna sin demasiado acierto. Delante tuvo a un equipo sólido en la defensa y certero en ataque. Así lo demostró Rafa Usín en el minuto 34, con un zapatazo que Henrique solo pudo seguir con la mirada. 2-3. Buscó el empate hasta el final, pero al Portus Apostoli en esta ocasión solo le tocaba caer con orgullo.

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