Las plataformas digitales son un reto para el sector, que busca adaptarse con un trato personalizado y ediciones cuidadas
10 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Actualmente, las grandes plataformas de Internet, que pueden abarcar numerosos territorios, son el gran reto al que se enfrenta el sector librero. «Isto non afecta só aos libros. Dende que os rapaces comezaron coas máquinas e coas redes, deixaron de lado tamén as tendas de xoguetes», se lamenta María José Maneiro, responsable de la librería Andrea en Noia.
En la nueva normalidad, estos negocios se han visto afectados por la crisis, aunque constatan un mayor acercamiento gracias a las campañas en favor del comercio local. Tania Seoane, regente de Arigato en Ribeira, señala que «niños a los que no les gustaba leer se aficionaron durante el confinamiento». También reconoce que las nuevas ediciones, cargadas de detalles y texturas, «llaman la atención de los más coleccionistas» y ayudan a la recuperación de lectores.
En esto, las librerías físicas le ganan el terreno a lo digital: poder ver y tocar, así como recibir un asesoramiento totalmente personalizado. «A literatura é algo moi persoal, e cando imos coñecendo aos clientes habituais agradecen moito as recomendacións que lles facemos, que non teñen que coincidir cos libros máis vendidos», comenta Rosa Tubío desde Nobel, en Boiro.
El libro electrónico
Tras su salida al mercado, se debatió mucho sobre si el ebook acabaría por sustituir al libro en papel, pero parece que esa guerra contra el digital también se ha ganado: «La gente prefiere el papel sin ninguna duda. Hace años todos estaban con el libro electrónico, pero vieron que vale para leer algún capítulo suelto. Para leer el libro lo mejor es pasar las hojas, tocarlas» afirma contundente la propietaria de la librería Mirás, Maite González.
De la misma opinión es Inma Blanco, de la librería noiesa Blanco: «Los que somos de libros en papel no queremos el ebook ni regalado».