Despedida al emprendedor de Noia Constantino Barreiro Vázquez

NOIA

Constantino Barreiro con su mujer, Esperanza Romero
Constantino Barreiro con su mujer, Esperanza Romero Cedida

Tratante de ganado, hace más de medio siglo abrió una carnicería y luego dio el salto al sector hostelero

23 ago 2021 . Actualizado a las 18:02 h.

Hay personas con talento para los negocios y capacidad de emprendimiento que no dudan en invertir y explorar nuevas ramas de actividad económica. Este es el caso de Constantino Barreiro Vázquez, asentado en Noia, donde hace más de medio siglo puso en marcha la carnicería Barreiro.

Nacido hace 90 años en la localidad de Bastavales, en el término de Brión, Constantino Barreiro era un tratante de ganado que se dedicaba a la adquisición de reses en distintos lugares de las áreas de Compostela y Barbanza. Su conocimiento del sector le llevó a dar el paso de abrir su propio negocio, ubicado en la segunda planta de la plaza de abastos de Noia.

Hogareño y trabajador incansable, a Constantino Barreiro le costó trabajo tomarse el merecido descanso de la jubilación y no fue hasta pasados los 70 años cuando decidió que había llegado el momento de entregar el testigo. Uno de sus hijos se encarga de llevar el establecimiento que puso en marcha.

Padre de cinco hijos —uno de los cuales falleció— Constantino Barreiro tuvo en Esperanza Romero a una inseparable compañera de viaje. Una alianza sellada hace 64 años que se vio truncada el pasado sábado por el fallecimiento de Constantino.

Nuevos negocios

Este hombre siempre dispuesto a emprender nuevas aventuras empresariales fue el artífice de varios establecimientos hosteleros en Noia de cuya gestión se encarga su hija Purita.

Todo comenzó con el restaurante Saiñeiro, que también era karaoke. El hombre, explica su hija, viene de la fusión de los lugares de procedencia del matrimonio. Constantino Barreiro había nacido en el núcleo de Saíme, en Bastavales, mientras que Esperanza Romero lo había hecho en el lugar de Piñeiro, en Brión.

Posteriormente, el matrimonio cogió el traspaso de la cafetería Marina, que en la actualidad no está operativa. A la cartera de negocios hosteleros acabaría uniéndose el café París, emplazado en la zona noiesa de San Lázaro y que continúa funcionando. Posteriormente lo hizo el bar Lestón, que tampoco está abierto.

Con ese empuje que marcó el camino de su vida y la capacidad de lucha que le caracterizó, Constantino Barreiro levantó en el 2009 un hotel: el Tío Manolo. Lo construyó en una finca de su propiedad y desde su puesta en marcha se hizo cargo Purita Barreiro Romero. Ella explica que fueron sus hijos quienes propusieron el nombre, dedicándole así el establecimiento a su hermano Manolo, fallecido hacía algunos años.

Última despedida

El Tío Manolo continúa proporcionando servicio en la villa de Noia, tanto de alojamiento como de comidas.

Constantino Barreiro, fue una persona con empuje que quiso transmitir esos valores a sus hijos y nietos. Tras haber sido velado en el tanatorio de Pompas Fúnebres del Noroeste en Noia, sus restos mortales saldrán del recinto a las siete menos cuarto de la tarde hacia la iglesia de San Martiño, donde se oficiará el funeral. Posteriormente, sus restos mortales recibirán sepultura en el cementerio de Santa Cristina de Barro.