La llegada de Marlon Velasco y la profesionalización del club han sido pilares fundamentales, pero no los únicos
24 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La historia llegó con sufrimiento, pero llegó. El Noia Portus Apostoli venció el pasado sábado al El Ejido por 3-4 y se clasificó matemáticamente para el playoff de ascenso a Primera División. Será su debut en estas lides, pero, a pesar de la gesta, aún queda trabajo que hacer en las cuatro jornadas restantes. Los del Agustín Mourís buscarán tener de su lado el factor cancha, para lo que necesitan cerrar esta fase como primeros o segundos. Antes de llegar ahí cabe echar la mirada a un pasado lleno de momentos que fueron determinantes.
El club
Evolución constante. El Noia alcanzó la Segunda División en la temporada 2017-2018. Curso difícil, con Julio Mougán a la cabeza, en la que el equipo descendió. Si pudo mantener la categoría fue por el buen trabajo de una directiva que reconoce que «estos últimos cuatro años fueron un proceso de aprendizaje continuo», afirma el director general, Javier Barreiro. La premisa de mejorar día a día sigue dando forma a un club que no solo crece con el equipo sénior. La cantera del Noia a día de hoy ha aumentado en exigencia y calidad con vistas de dar frutas en el futuro.
marlon velasco
El desencadenante. La llegada del técnico catalán en la mitad del curso 2018-2019 se antojó determinante para la situación actual del Noia. Logró mantener la categoría en una temporada convulsa, en la que el equipo se salvó en la recta final de la liga. De su mano ha llegado la profesionalización de un conjunto que «tiene dedicación exclusiva para el fútbol sala. Ese fue el gran cambio que dio el club. Era algo que veníamos viendo un par de años atrás, y los resultados están ahí. La exigencia en Segunda ha aumentado y casi todos los clubes han tenido que dar ese paso. La línea entre la victoria y la derrota cada vez es más fina», asegura Barreiro.
la plantilla
Veteranía y juventud. De la mano de Velasco también llegó una remodelación de la plantilla en la que se optó por jugadores contrastados en la categoría, como Palmas, Javaloy, Diz o Lluc, así como el hambre de comerse el mundo de los más jóvenes, como Rivera, Pirata o Naranjo. Generaciones diferentes, pero que han cuajado a la perfección.
el juego
Frenesí. El Noia ha logrado plasmar en la cancha un juego que se ha convertido en característico del equipo. Intensidad, morder la salida de balón del rival y mirar siempre a portería. Con una plantilla en la que todos están teniendo protagonismo, el técnico puede rotar continuamente a sus jugadores para que puedan mantener ese grado de compromiso, así como frescura en las piernas.
la fase
Un sueño. Clasificado por la lucha por un puesto en Primera División, el Noia quiere «valorar lo que hemos conseguido, pero también seguir marcándonos objetivos con la mirada puesta en el futuro», afirma Barreiro. Entre ellos está ese factor cancha que puede ser decantar la balanza en los momentos más difíciles para el conjunto. El primer clasificado de esta segunda fase se enfrentará al cuarto, mientras que el segundo lo hará con el tercero. Subirá solo el mejor de todos, ya que el que caiga en la final deberá jugar contra el decimoquinto de Primera División. Todo un reto, pero «hay que disfrutarlo. Queremos que la gente de Noia pueda vivirlo».