Fundó hace más de 30 años la empresa Técnicas Constructivas de Ocio Galicia SL en la comarca de Santiago
08 mar 2021 . Actualizado a las 11:22 h.Javier Santos (Noia, 1964) creó hace 34 años una empresa que hoy da trabajo a cerca de 40 personas. Desde Ames, la compañía Técnicas Constructivas de Ocio Galicia SL también viven la moda de las piscinas.
-¿Cómo recuerda la reacción del mercado del año pasado?
-Al quedarnos confinados en casa quisimos disfrutar más de la vivienda y con ello crecieron las opciones de incorporar la piscina. La marca fabricante con la que trabajo me confirmó que fue un crecimiento a nivel mundial. Surge el miedo a salir y contagiarse.
-Pero fue imposible cubrir la demanda.
-A ver, que no suene a falsa modestia: yo en el 2019, que no había covid, ya no di abasto. Veníamos de una crisis brutal pero ese año muchas empresas empezamos a levantar cabeza, de hecho la piscina está asociada a una mejor situación de la economía. Tuvimos un año completo. Y con la pandemia igual pero con más llamadas, porque todos los años, que yo sepa, tienen 12 meses. No puedes cubrir todo porque el tiempo es el que es.
-Muchos descubrimos que una piscina no se puede hacer en cuatro días.
-Es curioso, aceptamos esperar durante meses por un coche que configuras a tu gusto pero, en cambio, en la piscina no hay esa paciencia, y se necesita una licencia, unos plazos, una obra. Ahora estamos entregando una piscina cada dos o tres días laborables. Hacer más significaría hacer crecer mucho la empresa, y es imposible porque no hay personal cualificado para trabajar.
-¿Este año esperan lo mismo?
-Tampoco es una demanda real. Si estás confinado tienes tiempo para mirar barcos, piscinas... o un Ferrari. ¿Significa que si mil personas miran los precios de un Ferrari lo van a comprar? Pues con las piscinas pasa lo mismo. El mercado funciona por impulsos. Hoy [jueves 4 de marzo] en mi empresa ha habido 20 llamadas porque la gente ha oído que seguirán los cierres perimetrales de las comunidades, así que quieren piscina para Semana Santa. Pero en general ahora está más ordenado, aunque sí es cierto que el mercado va por impulsos. Que sale el sol, te llaman. Que mañana llueve, pues no te llaman. Pero el mercado es sabio y soberano.