¿Clases de surf? En Noia se imparten sin necesidad de mojarse y en el gimnasio

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro SEVILLA RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

CARMELA QUEIJEIRO

El Maniotas de Noia ofrece formación especializada para mejorar sobre la tabla aspectos como la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la remada

24 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo hay que pasarse un fin de semana por algunos de los arenales que serpentean la costa entre O Vilar y Portosín para saber que el surf vive en Barbanza su propia época de vino y rosas. Parafina, tablas, neoprenos y furgonetas comienzan a convertirse en santo y seña de playas escogidas de Ribeira y O Son. Y como dictan las leyes del mercado desde la antigua Cartago, cuando hay demanda, la oferta crece y se adapta. Y la última propuesta son clases de refuerzo en seco, sin agua, sin salitre y en un gimnasio. Por raro que parezca.

La iniciativa ha nacido en el Maniotas de Noia, de la mano de un Chema Salanova que cuando Barbanza era aún un erial de surfistas, él era uno de los pocos que bajaban a Arealonga a domar el mar. «Los ejercicios que preparamos tienen una transferencia directa con lo que es la práctica del surf. Buscamos, entre otras cosas, corregir esos errores que muchas veces salen por malos hábitos», explica el barbanzano, que desvela que la propuesta ha funcionado a la perfección.

Uno de sus alumnos es Pablo Aguado, responsable de la escuela As Furnas, que no ha dudado en sumarse: «Ahora en invierno nos vienen muy bien. Al tener menos horas de luz es un buen refuerzo para mantenernos en un estado de forma óptimo. Hay semanas que las condiciones del mar son complicadas y aquí compensamos esa falta de salir a surfear».

Los trabajos escogidos buscan que logren más soltura en la remada para así poder coger las olas en el momento idóneo. «Queremos que consigan ese punto de fuerza y explosividad para que entren en la ola con el margen suficiente para ponerse de pie. Si no estás ágil y explosivo, es difícil cogerla bien», afirma Salanova.

Diversidad

Los ejercicios que ponen en práctica se fundamentan en gomas, pesas o equilibrios sobre balones o tablas. «Si surfeas solo el fin de semana, o cuando el trabajo te lo permite, también te viene bien para estar en forma. Esto se traduce en que el día que vas al agua no vas a estar lento ni pesado. Te permite mantenerte en una condición física buena y disfrutar mucho más de deporte», explica el técnico, que entiende esta propuesta es solo un complemento: «No hay nada como estar al aire libre, en medio de la naturaleza. Para aprender a surfear necesitas bajar al mar, remar y mantener el equilibrio. Eso sin duda».

Pablo Aguado también lo tiene claro: «Muchos chavales de nuestro equipo vienen. Es como gimnasia de mantenimiento para estar en buen tono. Nos sirve para mejorar la fuerza, la flexibilidad o el equilibrio. Eso es lo que más necesitamos cuando estamos en la playa».

Los circuitos

Para Chema Salanova la clave está en la variedad de la propuesta: «Trabajamos de manera integral todo los aspectos fundamentales del surf y vamos cambiando de ejercicios todos los días. Practicamos desde carrera continua hasta boxeo, taekuondo, ejercicios de fuerza o circuitos. Hay 50.000 cosas diferentes que se pueden hacer».

Para Salanova, lo mejor es que ha podido crear un grupo interesante «que ayuda a darle un impulso más al surf. Porque puedes andar liado para ir a la playa, pero igual sí puedes pasarte dos días a la semana por el gimnasio para estar rápido y ágil».

La industria del surf sigue creciendo. Y lo que hace años era un páramo yermo de tablas, hoy es una pequeño sector que crece a pasos agigantados. No solo con escuelas y shapers, sino con una cadena que llega a tierra firme. Incluso a Noia, donde el surf se hace en seco y en un gimnasio.