Almeja roja al precio de la centolla, el desbarajuste en el mercado del marisco

Ana G. V. RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

MARCOS CREO

Mayoristas y depuradores coinciden en apuntar una mayor demanda de bivalvo por parte de los grandes distribuidores

11 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

 A 15 euros se vendía ayer el kilo de almeja roja en la plaza de Ribeira, lo mismo que un kilo de la primera centolla de la temporada. La japónica, antaño una variedad menor en la familia de las almejas, costaba 13 y el berberecho de tercera de Noia, 10. Con la restauración a medio rendimiento y las economías temblando ante la incertidumbre del coronavirus, muchos aguardaban una caída en los precios del marisco. Sin embargo, el bivalvo mantiene el tirón y otras especies más cotizadas, como la centolla, han sufrido el varapalo de la desconfianza de los mercados.

Un auténtico desbarajuste para el que resulta difícil encontrar una explicación coincidente. Preguntando a distribuidores al por menor, mayoristas, depuradores y placeros, en lo que parece existir sintonía es en que el marisco, en general, escasea y en que la demanda de conserveras y grandes distribuidores permite al bivalvo mantener el tipo en cuanto a precios. En el resto de especies, la cosa fluctúa.

El mayorista Javier González, gerente de Pescados Paco, señala que «boa parte do bivalvo distribúese fóra de Galicia e o mercado absórbeo porque hai menos cantidade que outros anos. Pola contra, o marisco con pata, nesta época do ano, consúmese basicamente en Galicia e lugares como Asturias ou o País Vasco. Ao estar pechada a hostalaría, a demanda cae e os prezos reséntense».

Grandes distribuidores

También el presidente de la entidad de depuradores gallegos, Tito Fariña, manifiesta que los grandes distribuidores reclaman molusco para vender en cadenas de alimentación y plazas. Afirma que hay un incremento del consumo por parte de los particulares y pone como ejemplo la almeja japónica: «Pagouse máis que nunca».

En la misma línea, el comercializador Milucho Louro, responsable de la empresa de Carnota Fresco y del Mar, asegura que «hai un incremento do consumo particular. Nós temos máis venda que outros anos».

Bomar
Bomar CARMELA QUEIJEIRO

Sin embargo, el gerente de Mariscos Bomar, Agustín Cadillo, habla de grandes oscilaciones. Además de tener un puesto en la plaza de abastos de Ribeira, este año ha impulsado la venta por Internet y las pautas distan de ser regulares: «O xoves pasado vendimos unha barbaridade e o venres, como xa viña a fin de semana pensei que os pedidos serían na mesma liña, pero nin moito menos».

Y en este incierto panorama entra en escena el percebe de las mejores concesiones de Aguiño, en una época en la que la extracción está cerrada en buena parte de las reservas de crustáceo gallegas. Las cotizaciones de la primera jornada no estuvieron nada mal, con una puja máxima en lonja de 103 euros y un valor medio de entre 40 y 50.

Sin embargo, el patrón mayor, José Santamaría, no las tiene todas consigo. Asegura que «entran en xogo varios factores. Ao ser un luns, os compradores teñen toda a semana para poder darlle saída e hai moitas zonas de traballo que non abrirán ata finais de mes». En el estreno se pagó bien, pero Santamaría teme que esto no se mantenga y, de hecho, la cofradía prefiere reservarse y no volverá a coger crustáceo hasta el próximo lunes.