Xosé Ramón Girón: Una luz en las tinieblas de la enfermedad mental

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA/ LA VOZ

NOIA

DANI GESTOSO

Lleva más de dos décadas luchando para acabar con el estigma de un colectivo históricamente olvidado

21 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Emprendió el camino de la medicina casi por casualidad, a raíz de una charla orientativa sobre la profesión que un doctor impartió en su instituto, pero la rama sanitaria acabó siendo su gran pasión. De hecho, Xosé Ramón Girón no se conformó con dedicarse a ella en su horario laboral, sino que la extendió a su tiempo libre, para convertirse en uno de los pilares que sustentan la ayuda a los enfermos mentales de Galicia. Ahora que la edad le obligó a colgar el fonendoscopio, sigue liderando Feafes, la federación gallega que aúna a 14 asociaciones gallegas relacionadas con los problemas mentales, y también está al frente de A Creba, entidad que es un referente en la materia a nivel barbanzano.

¿Cómo acaba un compostelano presidiendo durante más de dos décadas una asociación surgida en Noia? En el caso de Xosé Ramón Girón, porque se considera un noiés más desde que era niño y veraneaba en Boa. El vínculo se estrechó en la adolescencia: «Tiña moitos amigos alí e lembro as noites na discoteca Os Pasales». Y continuó en la edad adulta, pues ejerció la medicina en la villa durante 14 años.

Incluso echa la vista hacia aquella estancia en Noia para acceder a los mejores recuerdos de su época como médico: «Tocoume alí o período no que estaba en marcha a reforma da atención primaria e trasladámonos ao novo centro de saúde. Foi unha etapa de traballo moi creativo, pois integráronse as enfermeiras que viñan do hospital con moitos anos de experiencia e tamén se intensificou a relación entre os médicos, o que nos permitía intercambiar impresións e coñecementos».

A nivel familiar, había tenido un primer contacto con la enfermedad mental y, desde su consulta en Noia, Ramón Girón siguió conociendo el trasfondo de un problema que carecía de salida: «Despois dun diagnóstico e dun tratamento, non podiamos facer máis por estas persoas. Algunhas vivían encerradas nas casas, carecendo de futuro e de esperanza». Por eso, cuando A Creba dio sus primeros pasos, él se sumó, al considerar que representaba una esperanza para los pacientes y sus familiares: «A enfermidade mental xera un sufrimento moi grande, non só para os que a padecen, senón tamén para o seu entorno. En Noia, coa Creba abriuse a posibilidade de facer algo máis ca darlle consellos á familia na consulta».

Ofrecerle a los enfermos la posibilidad de convivir con otras personas y de realizar actividades que les permitan sentirse útiles, elevando así su autoestima, son para Ramón Girón los logros más importantes de su larga etapa al frente de A Creba: «Nesta enfermidade, o diagnóstico case sempre vai asociado a unha falla de esperanza nas posibilidades de recuperación, que é realmente o máis grave, polo que abrirlles unha pequena esperanza á reintegración de habilidades sociais é a mellor recompensa ao esforzo realizado».

Más fondos y visibilidad

Aunque el camino ha sido largo, todavía queda mucho por andar. Girón reconoce que sus grandes caballos de batalla, tanto a nivel de A Creba como de Feafes, son lograr más financiación, pues de ella depende el incremento de los servicios, y hacer más visible al colectivo: «Hai que rematar co prexuízo que existe sobre estas persoas. É un colectivo inmenso, pero que só se fai visible cando se dan situacións negativas. Quero que se vexan coma o que son, persoas que poden retomar as súas vidas».

Xosé Ramón Girón teme que se avecinen tiempos difíciles. Por una parte está la situación de los enfermos mentales tras la experiencia del confinamiento. Asegura que, en términos generales, aguantaron el chaparrón manteniendo un comportamiento ejemplar: «O certo é que estabamos moi preocupados e cara o final houbo problemas, relacionados sobre todo con brotes en enfermos e cansazo nas familias. Atendéronse oito mil persoas en Galicia, pero só houbo dez ingresos».

Pero lo más preocupante es la parte económica: «Cando hai grandes crises sempre hai grandes recortes», reconoce el médico. En este sentido, cree que los problemas se agudizarán el año próximo: «O financiamento por parte do Sergas sempre se mantivo, pero nós precisamos doutras fontes de ingresos para manter os servizos e aí é onde seguramente se notará a caída».