Miguel Ángel Pérez: «Saio da casa para traballar co traxe de neopreno posto»

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA /LA VOZ

NOIA

marcos creo

El profesional está participando en la campaña de la navaja en las concesiones del pósito noiés

09 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El marisqueo en la cofradía de Noia finalizó poco antes de que se declarase el estado de alarma. Centenares de productores tuvieron que dejar la actividad y, si no hay novedad, no regresarán a los arenales hasta después del verano. Sin embargo, algunos profesionales tienen otras actividades complementarias como es el caso de Miguel Ángel Pérez Blanco. Tiene permiso para dedicarse a la extracción de navaja y en eso anda esta temporada con un grupo de compañeros.

Pérez Blanco, de 47 años, siempre fue una persona inquieta. Comenzó su vida profesional en la emigración, pero cuando podía regresaba a su localidad natal para participar en la campaña marisquera. Estuvo navegando y también se dedicó a la hostelería. Fue cocinero en Mallorca, pero en el 2002, «decidín virme e quedar aquí definitivamente para dedicarme a traballar no mar».

El pósito noiés cuenta con autorización para dedicarse a la extracción de navaja en sus concesiones. Para esta actividad, disponen de permiso sobre 15 personas que faenan con equipos autónomos de aire para recoger este bivalvo. Eso sí, tienen que extremar las medidas de seguridad pues mientras tres bajan al fondo del mar, uno tiene que quedarse arriba.

Nós estamos indo a traballar porque unha conserveira cómpranos o produto»

El confinamiento y el estado de alarma provocó un importante descenso en la venta de este marisco por lo que tiene poca salida. «Nós estamos indo a traballar porque unha conserveira cómpranos o produto. Está a levalo a sete euros o quilo, pero ten que ser grande», afirma.

El tope por trabajador y día son 15 kilos y aunque, «non é moito, polo menos sacas un soldo e tes para gastos. Tal e como está a situación, non nos podemos queixar e aínda por enriba saes da casa e desconectas un pouco e levas algo no peto».

Estou moi preocupado. Dende que empezou todo isto aínda non pisei un supermercado»

Miguel Ángel Pérez tiene dos hijos y la pandemia le ha obligado a extremar las medidas de precaución. Además, «tamén teño algo de medo, tanto por min coma pola miña familia». El miedo a contagiarse está ahí. «Estou moi preocupado. Dende que empezou todo isto aínda non pisei un supermercado».

Las precauciones las toma antes de salir de su domicilio para ir a trabajar: «Saio da casa co traxe de neopreno posto, para evitar contaxiarme, e non o quito ata volver». Además, «no barco imos un á proa e outro á popa, para estar o máis lonxe posible un do outro». Al llegar al muelle con la mercancía a bordo, «deixamos a navalla nun furgón que nos está a esperar e xa non temos contacto cos compradores que a recolle no porto do Freixo».

Privilegiados

Este mariscador reconoce que la situación económica del país está muy complicada y difícil. En este sentido, afirma que tanto él como sus compañeros, «somos uns privilexiados por poder traballar pois moita xente non ten cartos nin para comer».

La actividad por encargo es para Pérez Blanco una buena alternativa: «Polo menos permíteche asegurar unha cantidade. Houbo algún día no que fomos vender á lonxa e chegou a catro euros e aínda así algunha vez tivemos que traela de volta porque non a querían nin a ese prezo».

Miguel Ángel también echa la mirada atrás y recuerda que en Navidades la navaja llegó a pagarse a 25 euros el kilo, pero «agora a situación é outra», reconoce.