Amadora Iglesias: «Eu vendín o cebolo que tiña do San Marcos por teléfono»

Jose Manuel Jamardo Castro
j. m. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

marcos creo

La huerta y el cultivo de verduras es el entretenimiento de esta noiesa durante el confinamiento

28 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El confinamiento decretado por el Gobierno español provocó un giro de 180 grados en la vida de la mayoría de las personas. Cambio de hábitos, costumbres e incluso de actividades. La noiesa Amadora Iglesias Abeijón es una de ellas. A sus 73 años, vive sola desde hace tiempo en su casa del lugar de Abruñeiras, en la parroquia noiesa de Barro. Afirma que, desde hace mes y medio, lo que practica es «casa, casa e casa». Aunque reconoce que tiene una huerta en la que pasa la mayor parte de su tiempo cuidando y mimando sus animales y sus plantaciones.

Esta mujer es una persona inquieta que no puede estar parada. Le gusta pasear, ir a misa, al mercadillo todos los jueves y domingos y también es una fiel seguidora de la vida política municipal. «Vou sempre que podo aos plenos ao Concello, e tamén a actos que haxa». Pero ahora la situación cambió y apenas puede salir de su domicilio, «como moito, á farmacia ou a facer algunha compra».

Amadora Iglesias emigró a Estados Unidos en 1980 con su marido. Allí se instalaron con sus dos hijos, pero 13 años después falleció su esposo y regresó a su Noia natal para enterrar a su compañero y para quedarse definitivamente.

Por la ventana

unha vez á semana vén por aquí a facerme a compra. Falamos un pouco dende a ventá e co resto da familia estou en contacto por teléfono»

La emigración está muy presente en su vida pues sus dos hijas siguen sus pasos. Una de ellas se quedó en América, donde es profesora, y la otra está en Suiza. El familiar más próximo que tiene en Galicia es un nieto, que vive en Brión y que «unha vez á semana vén por aquí a facerme a compra. Falamos un pouco dende a ventá e co resto da familia estou en contacto por teléfono. As miñas fillas chámanme case todos os días para ver como me vai, porque tamén están preocupadas, aínda que a que vive en América tampouco o está a pasar nada ben, pois ten que estar na casa coma nós e dá clases por Internet. O problema que teñen é o presidente, que o leva o demo».

teño uns veciños estupendos cos que me levo moi ben e que me axudan se o preciso»

A pesar de la soledad, comenta que está muy a gusto y además, «teño uns veciños estupendos cos que me levo moi ben e que me axudan se o preciso».

La huerta es su pasión. Desde hace años, es una vendedora habitual en la feria de San Marcos de cebolla para cultivar. Sin embargo, la pandemia provocó la suspensión de la fiesta: «Eu vendín todo o cebolo que tiña do San Marcos por teléfono. Os meus clientes chamábanme e víñano buscar á casa. Deixáballo na porta, e eles os cartos nun sobre».

El coronavirus cambió sus hábitos. Explica que cultivar todo tipo de verduras y legumbres «dáme a vida, se non ía tolear, aínda que tes momentos de baixón. Eu lévoo bastante ben, pero non é nada fácil, pois non sabes nin en que día vives».