Las analíticas confirman que la ría de Muros-Noia continuará cerrada al persistir la toxina

Jose Manuel Jamardo Castro
J. M. Jamardo RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

gus de la paz

Los mariscadores aguardan resignados hasta que puedan volver a faenar

25 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Los bancos marisqueros de la cofradía de Noia continuarán cerrados al conocerse a última hora de ayer los resultados de las analíticas, según apuntó el patrón mayor, Santiago Cruz. El dirigente destacó que la toxina sigue en la ría y no se puede trabajar. El cierre de las concesiones marisqueras cogió con el pie cambiado a los más de mil productores que están faenando en las últimas semanas en los arenales. El domingo por la noche recibieron, a través de las redes sociales, un aviso de la cofradía dando cuenta de que se prohibía la extracción de bivalvo debido a la toxina lipofílica.

Fuentes de la entidad marinera destacaron que la decisión se debió al resultado positivo de la prueba realizada horas antes que arrojó un total de 123 puntos, cuando el límite está en 120. Desde el laboratorio privado en el que se realizó el test aconsejaron el cierre cautelar de las playas, una medida que fue ratificada por los biólogos del pósito y que se llevó a efecto de inmediato. El motivo principal es que el nivel de toxina podría subir bruscamente en cuestión de horas.

Desde la cofradía noiesa explicaron que en la mañana de ayer se realizaron nuevos análisis, cuyos resultados se conocieron a última hora de la tarde.

La presidenta de la agrupación de mariscadores de a pie, Marisol Amado, reconoció que la situación las sorprendió. Comentó que conocieron la decisión a primeras horas de la noche del domingo cuando ya «estabamos preparadas para ir a traballar onte pola mañá».

En cuanto a la actividad extractiva desde el regreso al trabajo, hace quince días, manifestó que «está sendo bastante satisfactoria, pois aínda que son pequenos os topes, o prezo era bo para os nosos intereses».

Buen precio

La portavoz del colectivo indicó que el berberecho de tercera se paga a una media de cinco euros, mientras que el de segunda se cotiza a unos diez y el de primera, a 17 euros el kilo.

Por su parte, el presidente de Plademar, Pablo Silva, destacó que el cierre se hizo de forma cautelar con la finalidad de evitar cualquier contratiempo. «Nós o que queremos é traballar, pero se non se pode, non se pode». Reconoció que la vuelta a los arenales estaba siendo bastante positiva porque estaban sacando un jornal.