Gema Neira: «Si nosotros no nos emocionamos con los guiones, tampoco lo hará el público después»

NOIA

CARMELA QUEIJEIRO

Pisó por vez primera la alfombra roja de Noia y se mostró sorprendida por el nivel de la Mostra

09 nov 2019 . Actualizado a las 13:58 h.

Junto con los dueños de Bambú, el noiés Ramón Campos y su mujer, Teresa Fernández-Valdés, Gema Neira es una de las principales artífices de las exitosas series que han permitido a esta firma gallega dar el salto al panorama audiovisual internacional. Es la directora de desarrollo de la empresa, una pieza clave a la hora de darle forma a cada nueva historia. Ayer pisó la alfombra roja del Noela con motivo de la presentación de la segunda temporada de Alta mar. Hoy regresará al coliseo como miembro del jurado de la vigésima edición de la Mostra de Curtas.

-¿Qué encontrará el público en esta segunda temporada de «Alta mar»?

-Es una continuidad de la primera, es decir, una serie de misterio y divertida donde puedes jugar al Cluedo, pero con un plus añadido. En esta ocasión, el misterio va más allá, el tono es más oscuro y entran en juego elementos como los fantasmas, los médium y el más allá.

-¿Es esa temática la que está triunfando?

-Lo que nosotros pensamos es que cuando pones en el centro un misterio ya aportas un motivo de diversión más. La primera temporada fue un misterio a lo Agatha Christie y ahora es de tipo más espiritual.

-¿Cómo nace?

-A nosotros nos gustan mucho las series de misterio y cuando Netflix nos abrió la puerta para realizar un nuevo proyecto pensamos en que nunca se había hecho una historia en un barco. Es un entorno maravilloso, pero del que nadie puede salir, lo que ofrece mucho juego.

-Otras series como «Fariña», «Las chicas del clave» o «Velvet» llevan también su sello. ¿Cuál es el secreto del éxito en el mundo audiovisual?

-No lo sé, lo que intentamos es apasionarnos con nuestro trabajo y hacer algo en lo que creemos. Si nosotros no nos emocionamos con los guiones, tampoco lo hará el público después. Claro está que tenemos que tratar de atender aquellos temas que están en la mesa, las preocupaciones que tiene la gente en cada momento.

-¿Cuál es el punto de arranque de una serie?

-Hay diferentes puntos de arranque. A veces, el tema viene dado por encargo y otras, nos encontramos con una noticia o con un hecho real que constituye un punto de partida. Ramón Campos, Teresa Fernández-Valdés y yo solemos generar los proyectos de Bambú y luego elegimos un equipo de guionistas que los desarrollan.

-¿Cuál le ha dejado la huella más profunda?

-Es una pregunta complicada. Siempre digo que la última, porque siempre intentamos que cada una aporte algo nuevo. Sí reconozco que el misterio me encanta. Y es cierto que Fariña era una historia que llevábamos tiempo queriendo contar, porque tiene que ver con nuestras raíces gallegas.

-¿Qué historia le gustaría contar a usted?

-Me gustan las historias con protagonistas femeninas y creo que en este campo todavía queda mucho por hacer. Está pendiente dejar de buscar series para mujeres y que ellas sean las protagonistas de series para todo el mundo.

-Forma parte del jurado de la Mostra de Curtas de Noia, ¿qué le parece el festival?

-Me pareció interesante y sorprendente el nivel de los trabajos. Hay muchos cortos internacionales, mucha calidad y apuestas muy arriesgadas. Lo cierto es que no me esperaba un festival de esta envergadura.

-Usted que es una especialista en el sector, ¿cómo ve el futuro del audiovisual?

-El más próximo en España es apasionante por la llegada de todas las plataformas, que nos ofrecen un montón de posibilidades para hacer nuevos proyectos y, sobre todo, para innovar. El idioma también nos ha abierto las puertas de Latinoamérica. Estamos en una época dorada.

-Bambú, tras dar el salto a Netflix, ¿dónde pone el listón?

-Es cierto que hacer una serie para 190 países es un sueño cumplido, pero hay que aspirar a más. Antes queríamos dar el salto a América, pero ahora creemos que lo importante es producir desde aquí para todo el mundo. El objetivo sería disponer del presupuesto que se maneja en otros países, producir una serie al nivel que se hace en Estado Unidos.