Toros en Noia

Carmen Alborés BUZÓN DEL LECTOR

NOIA

04 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

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E n Noia ya no se hacen corridas de toros, aquellos toros que bajaban de Barbanza para servir de espectáculo público en el Curro, eran solo unos pobres toros y el espectáculo que divertía a la gente era ver como los molían a palos. Luego el espectáculo fue derivando hacia un toreo más profesional, en una plaza portátil, con unos toros diseñados genéticamente para embestir, tal como lo entendemos hoy en día. Yo no los culpo, eran otros tiempos con una mentalidad diferente a la actual, mentalidad que, como todo, evolucionó hacia una sensibilidad nueva de repudio por el maltrato animal.

No podemos juzgar los hechos de antaño con la mentalidad de hoy. Recuerdo que estaba bien visto que los niños tirasen piedras a los perros o gatos, hiciesen estropicios con ranas y sapos, diesen tabaco a los murciélagos, matasen culebras u otros animalitos, y la guillada era una vara con un pincho en la punta para azuzar a las vacas. El toro forma parte de nuestra cultura. Ya en Creta, en los frescos minoicos, se ve como era un espectáculo el saltar sobre el lomo del toro. Recordemos también el laberinto del minotauro, o el rapto de Europa por Zeus convertido en toro, y ya más recientemente las pinturas de Goya sobre la tauromaquia.

No somos raros, somos descendientes de aquellos jóvenes prehistóricos que recorrían Europa para dar caza a los animales salvajes, como eran por ejemplo los fieros uros, y ello no solo era para comer, constituía una demostración de fuerza y poder sobre la fiereza y la bravura animal. Hoy ya no tenemos que demostrar el dominio sobre los animales con ningún tipo de maltrato, sino que debemos protegerlos. De todos modos quien me diera ver y oír el bramido de aquellos toros en el Curro, sin maltrato, pues son animales de una sobrecogedora belleza. Quiero recomendar desde aquí la lectura del llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca o bien la poesía a los toros de Noia de Enrique Labarta Pose. Carmen Alborés. Outes