Teresa Castro logró en Polonia su primera medalla mundial

P. Bretal RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

CEDIDA

La veterana consiguió el bronce individual en los 10 kilómetros en ruta

28 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estiven preto tantas veces, a medalla resistíase, pero eu son moi cabezuda e acabou cedendo», con estas palabras expresaba ayer la noiesa Teresa Castro la alegría de haber ganado su primera medalla del mundo individual, en Polonia, en el Campeonato del Mundo Máster de atletismo en pista cubierta. Se trata de un bronce en la prueba de los 10 kilómetros en ruta que lleva grabados los rostros de quienes siempre la apoyaron: su marido, su madre, su entrenador, Javier Novo; y al director deportivo de su otro hogar, el Club Atletismo Noia, es decir, Luís Sanmartín.

La atleta ha completado una página de su historia deportiva que se merecía desde hace mucho tiempo y lo hizo con la tinta de una marca de 39 minutos y 13 segundos, que supone una mordida de más de 20 segundos a su mejor tiempo como veterana.

Darlo todo

Tras haberse hecho con un cuarto puesto en la prueba en la que tenía más opciones, los 8 kilómetros de campo a través, Castro había indicado que seguía mentalizada en colgarse un metal, pero sabía de la dificultad. La estrategia que empleó en esta ocasión para los 10 kilómetros, con una temperatura más asequible que los cero grados centígrados de la anterior, pasó por ir marcando su ritmo y hacer lo que mejor le funciona siempre: «Din todo ata baleirarme».

Din todo ata baleirarme»

Lo cierto es que tanta carga acumulada ha hecho que la también residente en Vimianzo haya tomado una decisión firme sobre la prueba de los 1.500 metros lisos del sábado, que ha descartado: «Son demasiados impactos en catro días, se continúo correndo estou en risco de lesión».En este sentido, Teresa Castro ya piensa en otra parada internacional, el campeonato europeo que se disputará en septiembre. No obstante, tiene muy claro cuáles son sus prioridades a su regreso: estar con su familia y con los suyos. Así lo explicó, enternecida, recordando el consejo que siempre la da su madre de que lo primero es cuidarse antes que el triunfo.

«Agora o único que necesito de verdade é gozar de correr sen reloxo», sentenció sonriendo.