Ambos conjuntos, por motivos diferentes, no pueden dejar escapar más puntos para que no se alejen sus objetivos
24 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Comienza una semana que, en el plano deportivo barbanzano, tiene un día pintado en rojo en el calendario. El domingo, en Barraña, Boiro y Noia se medirán en un derbi marcado por las urgencias de ambos. Ninguno de los dos conjuntos puede dejar escapar más puntos si no quieren ver como sus objetivos se siguen alejando.
En el caso de los boirenses, los últimos resultados ?una derrota contra el Arousa y un empate en casa del Alondras? les distancia de los puestos de cabeza, a los que habían conseguido acercarse después de un inicio de liga dubitativo. En estos momentos, el Bergantiños, cuarto clasificado, supera al conjunto barbanzano en siete puntos. Es cierto que el Boiro tuvo la mala fortuna de ver como varios jugadores cayeron lesionados y otros estuvieron sancionados en la semana en la que se disputaron tres encuentros, como reconoció el técnico, José Luis Lemos.
Ahora, por fortuna para el entrenador, todos los futbolistas parecen estar disponibles. La pasada jornada Jorge no entró en la lista, pero ya entrenaba con el resto de sus compañeros.
Por su parte, el Noia llegará a Barraña muy tocado y ocupando, una semana más, el farolillo rojo. La única buena noticia es que sus rivales directos por la salvación también pincharon la pasada jornada. Jaime Sánchez tiene que intentar recuperar a sus jugadores durante la semana, y no solo en el apartado físico, en el cual están muy castigados. Será importante que el preparador de los noieses logre levantar el ánimo de los deportistas, a los que en el pasado choque contra el Vilalbés se les vio alicaídos. No lo tendrá fácil, porque la dinámica del equipo no es buena y la imagen que dejó el domingo en San Lázaro no gustó a nadie.
Los noieses seguirán lastrados por las bajas, ya que difícilmente todos los miembros de la plantilla estarán disponibles o, cuanto menos, llegarán al derbi al 100 %. Abelenda podría recibir el alta médica mañana y desde hace unas semanas ya se está ejercitando sobre el césped. A pesar de ello, le falta ritmo de competición y, como apuntó el presidente, José Manuel Caamaño, «un home só non vai arranxar a situación».
Nada que ver con la Copa
El último enfrentamiento entre Noia y Boiro se produjo este verano con motivo de las semifinales de la Copa Deputación. En aquella ocasión, los boirenses todavía estaban encajando las piezas de un puzle complejo. La junta gestora tuvo que hacer muchas contrataciones y a los futbolistas les llevó un tiempo conocerse y adaptarse al sistema de juego de Lemos. En cambio, el equipo noiés llegaba crecido tras eliminar a conjuntos como el Compostela y el Bergantiños.
Por aquel entonces, los boirenses aún no contaban con un nueve de referencia, como es ahora el caso de Igor de Souza. El dominio de los de Barraña no se materializó en goles, sobre todo en la primera parte, por la ausencia de un ariete que fijara a la zaga noiesa y finalizara las acciones de ataque. El Noia supo aguantar en defensa y también gozó de buenas oportunidades para llevarse la victoria.
A estas alturas de la temporada, el Boiro, aunque en las últimas citas no ha estado acertado, ya ha demostrado que tiene gol, mientras que los noieses han evidenciado, en varios encuentros, que les falta contundencia atrás y, en ciertas fases de los partidos, también claridad a la hora de sacar el balón jugado.