La cárcel sobre el matadero de Noia pasó a mejor vida

La Voz

NOIA

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Los inquilinos del calabozo repuntaban cada año con la llegada del verano en las instalaciones penitenciarias

19 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El verano era una época en la que la delincuencia repuntaba de forma periódica a finales de los años ochenta, cuando todavía estaba en pie el antiguo depósito de detenidos de Noia, un calabozo construido sobre el matadero municipal que dio pie en la época a más de un comentario y chiste fácil. El agente Alfonso Rey ejercía como carcelero en estas peculiares instalaciones dependientes de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias allá por el año 1989, tal y como figura en un curioso reportaje publicado por La Voz. En él se informaba del coste que suponía cada preso por día, 1.325 pesetas, en lo que para muchos condenados a un ingreso en prisión era un hotel en comparación con su siguiente destino, habitualmente la cárcel de A Coruña.

La vieja cárcel, que vivió hasta una fuga de un vecino de Santiago hace 15 años, pasó a mejor vida y en su lugar se levantó una moderna construcción, el actual edificio administrativo Espíritu Santo, donde tiene su sede el grupo de acción local costera.