Las unidades de drogas detectan un repunte en el consumo de alcohol

NOIA

Entre las áreas de Ribeira y Noia atienden a 890 pacientes con algún tipo de adicción

21 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que antes era un problema que en la mayor parte de los casos se quedaba en las tascas, empieza a tratarse cada vez más como una adicción. Este es, según apunta el director de la Unidad Preventivo-Asistencial de Drogodependencias (UPAD) de Noia, Joaquín Pomares, el principal motivo del repunte en la atención a pacientes alcohólicos detectado tanto en el área de la que es responsable como en la de Ribeira.

Pomares hace una lectura positiva del incremento de los casos atendidos por el consumo de alcohol. «Cada vez hay una mayor conciencia social de que esto es una enfermedad que debe ser tratada», dice. Los médicos de atención primaria juegan aquí un papel fundamental, puesto que gran parte de los alcohólicos que llegan son derivados desde los servicios sanitarios, mientras que en otro tipo de drogodependencias si dan el paso es, casi siempre, por voluntad propia, indica el psiquiatra.

Desde la Unidad Asistencial de Drogodependencias (UAD) de Ribeira confirman que hay una tendencia en cuanto a la disminución de consumidores de heroína, al tiempo que han aumentado los de cocaína y alcohol. La cuarta dependencia más tratada, señala Pomares, es al cannabis.

Cronificación

En total, entre las unidades de Ribeira y Noia atienden actualmente a unos 890 pacientes con dependencia a algún tipo de droga. No pertenecen únicamente a estos dos municipios. La de la capital barbanzana cubre también los concellos de A Pobra, Boiro y Rianxo. Y, la noiesa, los de Carnota, Muros, Outes, Lousame y Porto do Son. La cifra ha descendido un 5% respecto a la de hace tres lustros, sin embargo, existe un lastre a todos los esfuerzos que los especialistas ponen para que siga a la baja y es el de la cronificación.

«Aunque en los últimos años hay menos pacientes de nuevo ingreso, nos seguimos moviendo prácticamente en las mismas cifras porque cada vez son más los dependientes crónicos, que llevan muchos años consumiendo, algunos hasta veinte, y en estos casos es difícil que lleguen a salir», incide Pomares. En la unidad que dirige, el año pasado llegaron a lo que conocen como el estadio libre de drogas 31 de las 239 personas asistidas.

El reinado de la metadona

Así, el perfil medio de los pacientes es el de un drogodependiente que, año a año, avanza en edad. En consecuencia, la metadona asienta su reinado y es el tratamiento más extendido, al que se recurre para el 67% de los casos. El fármaco, al que bautizan como «agonista», se utiliza en las adicciones largas y de menos exigencia.

Por contra, la naltrexona, un «antagonista» destinado a pacientes nuevos de opiáceos y cuya incorporación dio buenos resultados a comienzos de siglo, está cayendo en desuso, precisamente porque las posibilidades de éxito son mayores, pero también las exigencias.

Estos tratamientos se refuerzan con otras iniciativas. Pomares reconoce que, aunque en su unidad hay grupos de apoyo para padres y para alcohólicos, se apunta poca gente a ellos. «Aquí no es como en Estados Unidos», sentencia. En la unidad ribeirense hacen talleres, clases de pintura, de educación física e informática, incluso para sacar el carné de conducir o la secundaria. Además, cuenta con un servicio único en Galicia para el traslado de enfermos de hepatitis a Santiago.

El «fácil acceso» de los menores a bebidas y hachís preocupa a los progenitores 

Renacer ha puesto en marcha una campaña en colaboración con distintos agentes sociales para poner freno al «fácil acceso» que tienen los menores para el consumo de alcohol y hachís, después de conocer la preocupación que existe entre los padres al respecto. A pesar de que en el 2010 hubo distintas reuniones, explican desde la asociación antidroga ribeirense, «el problema sigue estando ahí» y «en determinados locales continúan vendiendo bebidas alcohólicas a adolescentes, haciendo caso omiso a la ley». 

De tal modo, con la colaboración de las fuerzas de seguridad, se aumentará la presencia de los efectivos en determinados lugares de consumo y venta de alcohol, como medida disuasoria. Además, se hará de nuevo una campaña informativa entre el sector hostelero para fomentar una mayor implicación en el cumplimiento de la misma, junto con otra destinada a los padres con el fin de buscar la implicación de los mismos en el problema.