Los padres que piden una muerte digna para su hija: «No queremos alargar el sufrimiento de Andrea»
 

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

NOIA

SANDRA ALONSO

Antonio y Estela, padres de Andrea, para la que piden una muerte digna, aseguran que su hija sufre y no está bien alimentada. «Si estuviera bien me miraría y me echaría una sonrisa», dice su madre

01 oct 2015 . Actualizado a las 12:39 h.

A estas alturas, los noieses Estela y Antonio, los padres de Andrea, están dispuestos a llegar a donde sea para evitar sufrimientos a su hija de doce años. Aunque los médicos sostienen que no tiene dolor, su madre insiste en que «ella sufre».

Pregunta. En qué situación está Andrea?

Estela. Recibe alimentación artificial y analgesia para el dolor que no es suficiente. Hoy nos dijeron que iban a intentar ajustarla y a seguir alimentándola. No quieren retirarle la alimentación. Dicen que cuando llegue su final ya llegará. Pero no queremos ver a nuestra hija en la agonía, demacrada, sufriendo y que no llegue a reconocernos. Si esto fuese solo un ingreso y aunque no se curase saliese del hospital como antes, pudiendo ir al colegio cuando podía, al parque con sus hermanos... Pero no va a ser así. Ahora está con una alimentación continua, enganchada a una máquina. Y si solo fuese por la máquina pero ella sufre, tiene el estómago deteriorado y no vemos el motivo de esto. La cantidad de alimentación que está recibiendo es mínima, en el momento en el que intentan aumentarla la niña tiene un cuadro de dolor y un retroceso.

E. Para nada. Cuando intentan aumentar la concentración de calorías y la velocidad tiene un cuadro de dolor y deben volver a bajársela, está sostenida bajo mínimos. Yo le digo a los médicos, ¿ustedes piensan que mi hija, con este aporte no sufre, con hambre y desnutrida? Estamos indignados porque no nos quieren hacer caso de que llegó su final, de que no se pueden comparar pacientes porque cada niño es único. Nuestra hija es Andrea, y no estamos dispuestos a hacerla pasar por más sufrimientos.

E. Su única forma de comunicarse siempre fue gestual, nunca llegó a hablar ni a mover las manos para tener un lenguaje de signos. Pero en doce años conseguimos interactuar y saber entendernos perfectamente.

Antonio. Teníamos la esperanza de que lo que ocurrió en junio fuese un cuadro agudo normal, todo lo que va viniendo lo asumimos, son saltos que vamos superando pero la niña está sufriendo, su deterioro es cada vez mayor y va a acabar en su fallecimiento. Lo que no queremos es que todo este proceso pase viendo como sufre y se demacra. Queremos que pare.

P. ¿El informe recomienda que se la sede?

E. Sí, para que no tenga hambre. La resolución es confidencial pero dan vía libre a que se enjuicie en el hospital y a que se retire la alimentación artificial, porque dado el historial de enfermedad irreversible, alargar el sufrimiento no serviría para nada.

P. ¿Por qué los médicos le dicen que aún no se llegó al límite?

E. No lo comprendemos, nos dan a entender que ellos tienen un punto de vista y nosotros otro, que con su experiencia y viendo a otros niños creen que no llegó a ese punto. No comprendo que pongan en duda que nosotros digamos que ya llegó el final.

P. ¿Los médicos dudan que sufra?

E. Claro, la ven tranquila, pero está rendida, no tiene fuerzas ni para gesticular. Si estuviera bien me miraría y me echaría una sonrisa.

P. ¿Sonreía mucho?

E. Por supuesto. Interactuaba, reía y se tronchaba.

P. ¿Llegarán hasta el final?

E. Hasta el final, hasta que un juez nos diga, tenéis la razón.