El Arzúa ha pasado del negro al blanco en una jornada, la siete. En los primeros siete partidos firmó un balance que lo abocaba al descenso: un triunfo y seis derrotas. Desde entonces, sin embargo, se mantiene invicto y firma números que lo situarían en la lucha por el ascenso. En ese mismo tramo, de las jornadas octava a la vigésima, ambas incluidas, solo el líder, Negreira, totaliza mejores registros, con 32 puntos en su haber. A continuación, con 25, se sitúan el propio Arzúa, el Noia y el Arteixo.
Javier Montoto, entrenador del Arzúa, apela al carácter como principal argumento para explicar tan drástico cambio. Recuerda que el equipo venía de hacer una buena pretemporada, pero al comenzar el curso los resultados dejaron de acompañar. Y, al verse por detrás en el marcador, no se le notaba capacidad de reacción. Sea como fuere, no desesperó y en cuanto enlazó dos victorias y un empate en medio, la trayectoria dio un vuelco. «Ahora es distinto -apunta el técnico-, porque el equipo no se viene abajo».
También apunta otro argumento, el de la competitividad interna: «Hubo algunas lesiones y la gente que tuvo que entrar lo hizo bien».
En cualquier caso, Montoto no se deja cegar por la buena racha y advierte de que «el primer objetivo es tratar de llegar a los cincuenta puntos para asegurar la permanencia sin tener que estar pendiente de posibles arrastres». Apunta que, en la peor de las hipótesis, podrían bajar hasta siete colectivos y prevé una segunda vuelta sin tregua.
Visita a Chantada
Este domingo, el Arzúa rendirá visita al Chantada en el campo de Sangoñedo a partir de las cuatro y media de la tarde. Es un rival que está siguiendo una trayectoria opuesta, ya que logró trece puntos en las siete primeras jornadas y otros trece en las trece siguientes.
Montoto subraya, más allá de rachas de resultados, que «la igualdad en la categoría es máxima y así lo reflejan los marcadores cada jornada».