Pequeños inversores compran pisos vacíos en Barbanza para dedicar a alquiler turístico

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

CARMELA QUEIJEIRO

Los bajos intereses de los bancos llevan a los ahorradores a buscar más rentabilidad

12 ene 2022 . Actualizado a las 20:29 h.

Un reguero de viviendas vacías se extiende por el área de Barbanza, la mayoría concebidas como segundas residencias que o bien se quedaron sin comprador o fueron adquiridas por ciudadanos cuyas circunstancias personales cambiaron y buscan desprenderse de ellas. Superan los 14.000 inmuebles, según un estudio elaborado por la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias. Para muchas de estas edificaciones está llegando una segunda oportunidad de la mano de pequeños ahorradores que, explica Juan José Pazó, gerente de la inmobiliaria Monte Louro en Muros, «buscan obter maior rendibilidade polos seus aforros, dado que los bancos no abonan nada en concepto de intereses».

Con el tirón que tienen este tipo de alojamientos y el efecto llamada que está ejerciendo la zona, la tendencia va al alza. Tanto es así que en una agencia relatan el caso de una familia de fuera de la comarca que «adquirió primero un piso, y le ha ido tan bien que han comprado un pequeño edificio de tres plantas que llevaba tiempo desocupado».

Ana Fungueiriño, responsable de la oficina Rías Baixas, precisa que en los últimos meses cerró tres operaciones, con clientes que se hicieron con inmuebles ya amueblados en Santa Uxía, Corrubedo y Aguiño. Señala que es un mercado en auge porque «se alquilan muy bien».

Por su parte, la pobrense Áurea Pouso, al frente del despacho de la promotora Keliam, comenta que entre las ventas más recientes incluyeron una vivienda sin rematar y el piso de unos propietarios que han optado por construirse una casa. En ambos casos, el destino de las construcciones era el alquiler turístico.

Una promoción

Hasta un par de promociones con apartamentos de Louro, en Muros, y Caldebarcos, en Carnota, que llevaban tiempo aparcadas en el mercado han tenido salida con el bum del alojamiento turístico.

Así lo explica Juan José Pazó, quien apunta que entre los compradores «hai xente das illas». En una de las edificaciones son sobre una decena las viviendas que pasarán a engrosar la lista de alojamientos turísticos de la comarca inscritos en el registro autonómico.

Incluso, alguno de estos recién llegados al ámbito del arrendamiento vacacional se hicieron con más de una propiedad. De hecho, en una de las promociones de Carnota, Pazó señala que ya solo queda un apartamento.

Agora vén bastante xente de fin de semana á bisbarra»

A este agente inmobiliario no le sorprende el auge, que considera una inversión muy segura: «Estase traballando moito. Ao principio a demanda de aluguer limitábase ao verán, pero agora vén bastante xente de fin de semana á bisbarra ou cando hai pontes, incluso en Nadal».

En cuanto a la gestión de estos inmuebles, es diversa. Juan José Pazó comenta que varios de los clientes a los que vendió encargaron a su empresa que se ocupase tanto del arrendamiento como de la limpieza y puesta a punto cada vez que hay nuevos inquilinos.

Por el contrario, otros se decantan por administrarlos directamente. La encargada del despacho de Vistamar en Aguiño, Patricia Rey, que también ha dado salida a algún inmueble para el circuito vacacional, señala que «los propietarios miran lo que les compensa más, porque esta no es una zona que reciba demasiada gente en otoño e invierno. Los precios del arrendamiento no pueden ser demasiado elevados, pero tienen que dejar algún margen y cubrir los gastos de electricidad, limpieza y reposición de elementos si están deteriorados».

Áurea Pouso explica que cada vez son más las personas que se decantan por esta alternativa para obtener unos ingresos extras: «Yo he tenido clientes que han pagado al contado los 90.000 euros que costaba el inmueble. Hay gente que tiene dinero ahorrado y que busca formas de obtener productividad».

 

Los precios por una noche en esta época van de los 70 euros de un apartamento a los 130 de una casa

Además de particulares, hay varias empresas que operan en la comarca dedicadas en exclusiva al mercado del alquiler turístico. La que dirige Juan José Pazó en Muros es una de ellas, ya que tiene una división especializada en este campo: «Nosotros mismos hemos adquirido viviendas vacías bien ubicadas para este fin».

El mercado ofrece un amplio abanico de inmuebles entre los que elegir. Consultando los precios en las plataformas utilizadas para captar clientes, en esta época del año oscilan entre los 70 euros por noche de apartamentos de entre 45 y 70 metros cuadrados o los 130, y hasta 200 euros de residencias con 200 metros cuadrados.

Cabe señalar, sin embargo, que los precios ascienden en función del número de ocupantes, aumentando sensiblemente cuanto mayor sea el número de inquilinos y en función del número de camas de la construcción.

No existe gran diferencia entre los costes que cobran quienes se encargan directamente de la gestión o los que ofrecen las empresas, muchas de las cuales sí reducen el importe a pagar si se elige la opción que no tiene derecho a cancelación.

sálvora

Mercado

El mercado del alojamiento turístico está ganando fuerza como fuente de ingresos, incluso hay empresas con alojamientos hosteleros convencionales que también se han sumado a esta modalidad. Sin embargo, es un segmento de actividad que está generando problemas en las ciudades y que, como todo, precisa control.