De Lira a las grandes pasarelas de moda

María Xosé Blanco Giráldez
M. x. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

CEDIDA

Un certamen de belleza celebrado en Muros le abrió las puertas de desfiles a nivel nacional e internacional

10 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A comienzos de los 90, cuando los concursos de belleza estaban en pleno auge, a una joven de Lira se le abrieron las puertas del mundo de la moda y, pese a que no había imaginado su futuro profesional subida a una pasarela, aprovechó la oportunidad. Del pueblo carnotano del que apenas había salido hasta entonces dio el salto para estar en los desfiles más importantes de Galicia y de España, llegando incluso a traspasar las fronteras del país. Hasta coqueteó con las cámaras en el sector publicitario, pero le faltó, tal y como ella reconoce, la valentía y el empuje necesarios para dar el salto a la televisión, una espina que sigue teniendo clavada.

Poco podía imaginar Eva Leis, a sus 19 años, que un concurso en una discoteca de Muros cambiaría su futuro. Pero así fue. Ocurrió en 1992, cuando se presentó a uno de aquellos certámenes de belleza que tan de moda estaban. De allí salió luciendo la banda de Miss Costa Gallega, lo que le permitió colarse en la lista de las 36 jóvenes que optaban a convertirse en Miss España.

No consiguió el objetivo, pero vivió su primera gran experiencia como modelo, desfilando ante más de dos mil personas en el coliseo de A Coruña, en una gala que fue emitida por la televisión. Y, lo más importante, se llevó una distinción de Miss Piernas, que constituyó su plataforma de lanzamiento.

El despegue

Aún sin tener muy claro el camino a seguir, Eva Leis cambió su Lira natal por A Coruña para formarse como modelo y, sin tiempo a asimilar lo que estaba ocurriendo, empezó a viajar por toda España y llegó a los desfiles de París, Bruselas y otros países europeos. Y eso que las pasarelas no aparecían en sus sueños infantiles: «Para nada. Era una niña muy delgadita, lo que incluso motivaba las burlas de algunos compañeros en el colegio. De hecho, al principio lo pasé mal en el mundo de la moda, porque veía a unas chicas impresionantes a mi lado con las que no me identificaba».

Además de para abrirle las puertas a un mundo que la enganchó desde el principio, aquellos concursos de belleza le sirvieron a Eva Leis para elevar la autoestima, pisar con firmeza y vivir experiencias inolvidables: «Ahora no hay tantos, pero en aquella época había muchos desfiles. Éramos un grupo de chicas que viajábamos a distintos lugares». Aunque el balance que hace es altamente positivo, no duda en reconocer que el mundo de la moda tiene su lado negativo: «En la primera agencia en la que estuve se fomentaba la rivalidad. Aprendí mucho sobre lo que me podía encontrar en este sector tan competitivo. Por fortuna, en la segunda todo cambió».

Una espina clavada

De su intensa trayectoria recuerda con especial cariño su primer viaje a París: «Fue una aventura inolvidable». Y también los desfiles cerca de casa: «Cuando participaba en la pasarela de la Feira do Encaixe de Camariñas siempre iban a verme familiares, amigos y vecinos. Eran trabajos especiales». Varios anuncios de publicidad y un trabajo de doblaje para un documental la acercaron al mundo audiovisual, pero no llegó a dar el salto: «Sí que me hubiera gustado probar en la televisión, pero no me vi capaz. Yo apenas había salido de mi pueblo cuando empezó todo aquello y para apostar por ese mundo tenía que irme a Madrid y no me atreví».

En contra del tópico, Eva Leis nunca se vio como una mujer florero: «Desfilar era mi profesión y sobre la pasarela no me veía luciéndome yo, sino mostrando un producto para que fuera comprado. Era como interpretar un papel en un anuncio». Aunque no le ponía pegas a prenda alguna, sentía debilidad por los vestidos de novia: «Aquellos desfiles eran especiales, con la música lenta sonando y la gente mirando maravillada».

Esta carnotana que sigue residiendo en A Coruña, donde regenta un parque infantil, ve ahora con orgullo y cierto temor como la mayor de sus tres hijos sigue sus pasos: «No me importa porque es una profesión más. La recomiendo para aquellos jóvenes a los que les guste, siempre y cuando lo vean como un complemento, sin descuidar los estudios. Deben tener en cuenta que o se abren hueco en Nueva York, Milán o París o aquí es complicado vivir de la moda».