La caza, en el abismo. La escasez de conejos preocupa a los cazadores a un mes de abrirse la veda

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. ALVITE MAZARICOS / LA VOZ

MUROS

En peligro una afición que mueve más de un millón de euros por temporada y que cuenta con el apoyo de 650 cazadores en Barbanza

22 sep 2019 . Actualizado a las 20:35 h.

Falta un mes escaso para el inicio de la temporada cinegética y el pesimismo se extiende entre los 650 cazadores barbanzanos -el número más bajo de las dos últimas décadas- con licencia en vigor. El monte se queda sin conejos a un ritmo tan preocupante que pone en peligro una afición que cada campaña mueve algo más de un millón de euros en la zona: «É normal que o número de cazadores vaia en picado porque o mesmo pasa coa caza. Fanse repoboacións, soltas ou incluso se constrúen biótopos para axudar, por exemplo, á cría do coello, pero a especie, por distintos motivos, non ven arriba», explica Ramón Paz, de la Asociación de Caza y Pesca El Halcón, de Mazaricos.

La descripción del problema apenas varía de unos tecores (los antiguos cotos) a otros. Los aficionados se quejan de los graves daños que sobre la población de conejos -la especie preferida por los barbanzanos- causan enfermedades tan extendidas como la vírica hemorrágica y, principalmente, la mixomatosis. Esta última es altamente contagiosa y, en la mayoría de los casos, letal para los individuos que acaban infectados, cuyos síntomas más evidentes son la aparición de tumores en la cabeza, el ano y los genitales.

DEPREDADORES

Desequilibrio entre especies. A las graves consecuencias que estas dolencias causan sobre conejos y liebres se unen, según explican desde distintas asociaciones de cazadores, otros factores tan relevantes como el exceso de maleza en el monte, la falta de alimento para determinadas especies o el aumento desproporcionado de la población de depredadores naturales de varias especies cinegéticas. «Imposible que haxa coellos con semellante cantidade como hai de azores, miñatos, raposos ou xinetas. Perdeuse o equilibrio que tiña que haber entre especies e iso é desastroso», se lamenta José Romero, miembro de la sociedad Castelo de Vitres Folgoso, que aglutina a aficionados de Boiro y Pobra.

De idéntica opinión son en el tecor muradano de San Xoán de Serres que explican los graves daños que especies como los visones causan al conejo o las consecuencias negativas que el aumento desmesurado de la población de jabalíes está teniendo sobre la cría de las liebres.

REPOBLACIONES

Miles de animales soltados A pesar de esta coyuntura tan negativa, los aficionados de la zona están absolutamente comprometidos con que el monte barbanzano recupere la riqueza cinegética de hace años. Lo demuestra el hecho de que los diferentes tecores realizan importantes desembolsos económicos cada año para poner en marcha planes de repoblación y conservación de las especies. Eso se traduce en la suelta de más de un millar de animales cada año, principalmente conejos, perdices y faisanes, las especies que mejor adaptación han demostrado a los bosques de la zona.

Entre los principales cotos de la comarca por superficie se soltaron este año más de 1.500 ejemplares. En el caso de Mazaricos, con 18.000 hectáreas de terreno adscrito al tecor, se repoblaron más de 300 aves, entre faisanes y perdices.

DESEMBOLSO

1.745 euros de gasto por cazador. Aunque la cifra de aficionados es relativamente reducida, el impacto económico de la caza en la comarca es mucho mayor que el que registran otras actividades lúdicas o deportivas más extendidas. Según los datos del último estudio socioeconómico sobre la caza en Galicia promovido por la Federación Galega de Caza, el gasto medio por practicante de esta modalidad se sitúa en 1.745 euros. De ellos 540 euros se destinan a gastos relacionados con la hostelería y los desplazamientos, otros 430 a la asistencia a eventos y 410 euros más a la compra o mantenimiento de animales. Los cazadores barbanzanos también desembolsan, de media, 75 euros por campaña en la compra de munición, 95 en la adquisición de vestimenta y 195 euros más en el pago de licencias y seguros.

Estas cantidades cobran mayor relevancia por el hecho de que la mayor parte de la temporada de caza apenas dura tres meses.

Fechas

Del 20-10 al 6-1. El medio millar de barbanzanos con licencia puede practicar la caza en escasos tres meses.

Zonas vedadas

Once espacios. Además de los parques naturales, la franja costera de Muros y Porto do Son, la marisma de Carnota. Los montes de Nebra, Noal o Baroña, y la práctica totalidad de las parroquias de Eirón y Chacín, en Mazaricos.

Días hábiles

Dos a la semana y festivos. Los jueves, domingos y días festivos de carácter estatal o autonómico. En algunos tecor solo un día por semana.

Perros

Un máximo de 12. No se podrá cazar en grupos de más de seis personas. Cada cazador podrá llevar un máximo de cuatro perros, no pudiendo superarse los 12 en conjunto.

Régimen especial

Períodos de caza específicos. La arcea se podrá cazar hasta el 9 de febrero y tres ejemplares por día, y la liebre, hasta el 24 de noviembre.