La mayor parte pertenecían a explotaciones en las que se había extraído wolframio entre 1920 y 1950
11 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Se habían efectuado con anterioridad planes para tapiar un importante número de viejas minas existentes en el área barbanzana, pero a estas alturas del 2001 veía la luz un informe que todavía cifraba en más de un centenar los pozos de las comarcas de Muros y Noia. La mayor parte pertenecían a explotaciones clandestinas en las que se había extraído wolframio entre 1920 y 1950. Aquel estudio, impulsado por la Consellería de Industria, incluía un proyecto para el sellado de dichos agujeros, con un presupuesto de 190.000 euros.
En la misma zona se había llevado a cabo un plan similar en 1998, después de que el año anterior un boirense falleciera tras caer en un pozo que no estaba sellado. El informe que veía la luz hace 18 años alertaba de que muchos pozos estaban tapados por la maleza y que resultaban extremadamente peligrosos por encontrarse en zonas de paso, sobre todo, lugares en los que habitualmente pastaba el ganado y caminos de cazadores.