El colectivo A Rula considera que varios ejemplares de arte rupestre corren peligro
05 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El muradano Avi Formoso es un gran aficionado a los petroglifos. Le viene de familia. En los años setenta, la asociación Odisea, de la que formaba parte su hermana Pepa, dio a conocer varias estaciones de arte rupestre. El 13 de agosto último, Avi comunicó al colectivo A Rula, grupo especializado en grabados prehistóricos, la posible existencia de nuevos ejemplares en el Outeiro dos Furados. Y así fue, el grupo certifica la existencia de dos paneles en la parcela Costa Grande.
En una roca de 310 centímetros de largo por 260 de ancho hay múltiples figuras prehistóricas de tipo geométrico (con localización en 29T 493670 4738228). El motivo principal lo forma una combinación de tres anillos concéntricos que rodean una agrupación de microcavidades. Al lado, una segunda composición con dos aros, también con coviñas en su interior. Uno y otro conjunto de figuras semejan formar un diseño único. De hecho, los redondeles principales se fusionan con los secundarios, mientras que en la parte central y en el lateral derecho el dibujo se prolonga unos 25 centímetros formando una especie de rectángulo. El conjunto circular parece dividido en radios que prolongan la figura. «Esta especie de apéndice contén no seu interior máis coviñas de pequeno diámetro», describen los miembros de A Rula en su informe. No obstante, la erosión hizo mella en el grabado.
Segunda estación
La segunda estación está en la parte más alta del Outeiro dos Furados (29T 493683 4738211). Son figuras de carácter geométrico de características similares a la principal, aunque el grado de conservación es peor por el efecto de la erosión. Son tres anillos irregulares que se adaptan «á forma da laxe nun único petón que sobresae da superficie da rocha», indican los especialistas del colectivo. Pegado al último círculo sale otro pequeño anillo en el extremo sur del panel.
Al margen de estos hallazgos, los miembros de A Rula lamentan el estado de abandono de la «práctica totalidade dos xacementos arqueolóxicos deste termo municipal». Aunque destacan la protección y valorización de los grabados de la Laxe da Rodas y de la Cova da Bruxa, las estaciones restantes están, en opinión de estos expertos, sin atención alguna. Señalan que petroglifos tan singulares como Nario 2, A Laxe do Depósito, Sistamares, Alto do Cruceiro, Pedra da Chula y Morosa do Paso, entre otros, «seguen esquecidos para a veciñanza e totalmente abandonados á súa sorte».
Un grabado estuvo a solo 40 centímetros de la destrucción
Hace cuatro años, el carpintero Domingo Rama descubría un tablero medieval en el monte Meán. «Un dos escasos exemplos de taboleiros de xogo da provincia», dice A Rula, que dio cuenta en su día del hallazgo con sendos escritos al Concello y a la Dirección Xeral de Patrimonio. Nada se catalogó ni se gestionó. A mediados de agosto pasado, el monte sufrió un incendio a raíz de un desbroce con maquinaria pesada, que causó daños en la piedra del grabado, pero este se salvó, solo por 40 centímetros.
Todo ello es una prueba de las consecuencias del abandono. En A Rula esperan que estos hechos «sirvan de advertencia e acicate para que as administracións poñan freo a esta situación de indefensión dos conxuntos de arte rupestre». No obstante, señalan que el de Muros es un ejemplo más del estado general de la mayoría de los grabados «espallados por todo o noso territorio e seriamente ameazados».