Travesía de Cáceres a Mazaricos para hacerse cargo de un alojamiento rural: «Nos gustaría que se aprovechase como un lugar de reposo de cuerpo y mente»
MAZARICOS
Un químico y una bióloga dejan todo para emprender en el mundo de la hostelería
20 jul 2024 . Actualizado a las 19:41 h.Pocos podían pensar hace apenas una década que el turismo acabaría convirtiéndose en uno de los motores económicos de un ayuntamiento rural e interior como Mazaricos. Más inverosímil todavía sería imaginar que dos jóvenes pudiesen dejar su trabajo y su vida en otro lugar para venir al municipio y apostar por la hostelería. Esto último es, precisamente, lo que han hecho Micaela Dolard (Argentina, 1986) y Daniel Vázquez (A Coruña, 1984) quienes, desde hace poco más de un mes, son los nuevos responsables del hotel rústico O Fogar dos Antigos, situado en el núcleo de Santa Baia, a escasos metros de la carretera provincial que sube desde Outes hacia Pino de Val.
«Aunque hemos estado formándonos, investigando o trabajando en diferentes lugares de España e incluso del extranjero, últimamente llevábamos tres años en un centro de reposo y escuela de salud situado en la sierra de Gata, al norte de Cáceres», explica Micaela, bióloga y nutricionista, que reconoce haber descubierto los encantos de Galicia durante su etapa de estudiante.
«Siempre hemos tenido el gusanillo de montar nuestro propio negocio y que este estuviese vinculado con la hostelería. Aunque también estudiamos otras posibilidades en otras regiones del norte, Galicia siempre ha sido para nosotros una prioridad porque es una zona que me encanta y que cuenta con unos paisajes y un potencial natural increíble», apunta la joven, que llegó a España con 10 años acompañando a su madre argentina que trabajó como médica en un centro de reposo en Castellón.
Desde siempre
«Aunque mi formación académica tiró por otro lado, de una forma u otra siempre he estado vinculada a este tipo de establecimientos hosteleros. De ahí que nosotros queramos también intentar poner en marcha algo así».
En esta aventura está acompañada de su pareja, Daniel, doctor en Bioloxía que, desencantado del mundo de la investigación tras diez años en la Universidade de Santiago, decidió seguirla y conocer los pormenores del funcionamiento de una propuesta especializada en el descanso y la salud como la extremeña.
«Allí se ofrecía un cuidado integral basándolo en el descanso y la recuperación de la energía vital a través del reposo de la mente y la depuración del cuerpo. Había multitud de actividades que, siempre combinadas con una cuidada alimentación, iban desde el yoga o el chi kung a los masajes o los paseos por entornos naturales», explica Daniel, que cree que su establecimiento también se presta para realizar algo parecido. «Estamos situados en un entorno natural privilegiado que, desde luego, propicia el disfrute y ayuda al descanso. Aunque nuestro enfoque inicial es abrir el hotel a todo tipo de visitantes, también nos gustaría que se pudiese aprovechar como un lugar de reposo de cuerpo y mente».
El establecimiento, —anteriormente se denominaba Santa Eulalia—, se presta para hacerlo pues se sitúa en un lugar relativamente apartado, en plena Devesa de Chacín rodeado de una densa vegetación, cascadas y de rutas de senderismo. Como añadido cuenta con su cercanía a lugares de especial atractivo, como el monte Pindo, la playa de Carnota o la ría de Muros-Noia, a tan solo diez minutos en coche.
«Nuestra intención es aprovechar al máximo todos los recursos de los que disponemos y las posibilidades que ofrece el hotel con patio interior, zona de lectura o lareira y con una superficie edificada de 800 metros en una parcela de casi 14.000, incluso para actividades alternativas como la astronomía o los juegos de rol en vivo», apunta Micaela. También reconoce que durante las últimas semanas se están dedicando a tareas de mantenimiento del complejo y que muchas de sus ideas deberán esperar al otoño para ver la luz.
«Hemos empezado con la temporada ya iniciada, así que nuestra intención y prioridad es poder abrir las reservas el 1 de agosto y, a partir de ahí, trabajar lo máximo posible para que nos conozcan y vengan a visitarnos».