El hallazgo de un ternero muerto en una pista de Mazaricos suscita las críticas

Ni el evidente riesgo sanitario para la población del entorno, ni los más de 6.000 euros a los que puede ascender la multa, parecen ser motivos suficientes para que algún desaprensivo acabe con la práctica de deshacerse de los cadáveres de sus animales en cualquier lugar.

Sucedió en una pista San Cosme de Antes, en Mazaricos, donde varios vecinos avisaron de la presencia de los restos de un ternero de unos tres meses de edad en avanzado estado de descomposición.

Paradójicamente, es el colectivo de los ganaderos el más preocupado por este asunto. «Este tipo de prácticas supoñen un risco importante para o resto de explotacións que fan as cousas como deben e que, afortunadamente, son a práctica totalidade. Con este calor, os cadáveres de animais son un foco de cheiros e potenciais infeccións para as granxas», apuntan desde la Asociación de Gandeiros de Mazaricos, que piden responsabilidad a los profesionales para evitar este tipo de situaciones que perjudican la imagen del colectivo.

Desde hace casi dos décadas está prohibido que sean las granjas las que se deshagan de sus animales muertos. De hecho, existe un servicio oficial de recogida de cadáveres que los retira de las explotaciones y los traslada hasta una planta autorizada donde se destruyen conforme a la normativa sanitaria.

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