La escasez de conejo, liebre y perdiz augura una mala campaña de caza

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón Alvite MAZARICOS / LA VOZ

MAZARICOS

CARMELA QUEIJEIRO

Medio millar de aficionados de Barbanza iniciarán la temporada el próximo domingo

12 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Medio millar de aficionados barbanzanos -la mitad que hace diez años- arrancarán el domingo la temporada de caza que se extenderá, con carácter general, hasta el 6 de enero y que estará marcada por la escasez de conejo, liebre o perdiz. Una circunstancia que viene repitiéndose de forma invariable en los últimos años y detrás de la cual se encuentran varios factores, aunque los aficionados de la zona coinciden en indicar uno de forma mayoritaria: el aumento del número de depredadores en los montes.

«O monte está descontrolado. Cada vez hai máis lobos, raposos, xabarís e incluso martas ou azores que impiden que especies coma os coellos ou as perdices críen e volvan a ser numerosas na comarca. Cada ano gástanse moitos miles de euros en facer soltas que apenas están dando resultado», apunta Ramón Paz, secretario de la Asociación de Caza y Pesca El Halcón de Mazaricos. La entidad gestiona un tecor de más de 18.000 hectáreas, el más extenso de la zona.

Su opinión la comparten los responsables de la mayoría de tecores de la comarca e incluso desde la Federación Provincial de Caza. Su presidente, José María Álvarez, lamenta el abandono que registra la caza menor e insiste en la necesidad de consensuar un modelo de repoblación y recuperación de los montes que permita revertir una tendencia en la que también tiene una importancia mayúscula la presencia constante de enfermedades como la hemorragia vírica o la mixomatosis.

Esta última resulta altamente contagiosa y, en la mayoría de los casos, letal para los individuos que acaban infectados, cuyos síntomas más evidentes son la aparición de tumores en la cabeza, el ano y los genitales.

Víctor Reiriz, de la entidad de cazadores de Ribeira, señala que abundan el jabalí y el zorro, pero que otras especies escasean. Comenta que en su coto sí hay bastante perdiz, pero que muy poco conejo. Augura una temporada «bastante mediocre». Explica que debido al coronavirus «non puidemos soltar coellos ata agosto, polo que non tivo tempo suficiente para criar. É unha especie que vai a menos en todas partes cada ano que pasa».

Otros aficionados de entidades como Castelo de Vitres Folgoso, que aglutina a personas de Boiro y A Pobra, muestran cierto optimismo sobre el desarrollo que puede registrar la campaña, al menos en su inicio. «Aínda se viu algún coello durante as semanas que estivemos adestrando cos cans, polo que esperamos que moita desa cría saíse adiante e agora se poida cazar. O que está claro é que cada vez hai menos e o monte está máis abandonado», apunta un miembro veterano de esta sociedad de caza.

Seis zonas vedadas

Para la presente campaña se establece un total de seis grandes zonas vedadas repartidas por los nueve tecores (los antiguos cotos de caza) existentes en la comarca. Se trata del terreno del parque dunar y de las lagunas de Carregal y Vixán, en el término municipal de Ribeira, o de todo el entorno de las de Louro en Muros, y Xuño y San Pedro de Muro, en Porto do Son.

También estará prohibida la caza en la marisma de Carnota, en parte de la sierra del Barbanza (montes de Cures, Nebra, Noal y Baroña) o en los bosques vecinales en mano común de las aldeas de Xián, Furiño, Gándara, Ribeiratorta y Reboredo, en el término de Mazaricos.

A estas áreas, definidas por la Consellería de Medio Ambiente, se suman otras establecidas por los propios tecores dentro del terreno que gestionan. Estos espacios se vedan por un período mínimo de dos años con el fin de que pueda recuperarse la población de determinadas especies.

 

Las entidades tendrán mayor libertad en el control de daños de jabalíes, corzos o zorros

A diferencia de lo que venía sucediendo en campañas anteriores, cuando las autorizaciones estaban supeditadas al control de los daños causados, este año se simplificarán los permisos para la realización de batidas, monterías o esperas. El objetivo: controlar de forma efectiva los graves daños que está causando una población excesiva de zorros, corzos y especialmente jabalíes.

De hecho, la propia Consellería do Medio Ambiente reconoce tener conocimiento de la existencia de daños en cultivos agrícolas «en prácticamente todos os concellos de Galicia».

A esto hay que sumar los numerosos accidentes de tráfico causados por estas especies, e incluso el hecho de que una elevada población de jabalíes favorecería el riesgo de dispersión de ciertas enfermedades, como la peste porcina africana.

En este sentido, las sociedades de cazadores barbanzanas tendrán mayor libertad a la hora de realizar medidas de control de estas especies en aquellas zonas en las que tengan conocimiento de su actividad.

Sálvora

Circulo vicioso

Desde hace tiempo se habla mucho de la necesidad de impulsar las áreas rurales, pero lo cierto es que quienes viven en ellas coinciden en señalar que existe un creciente abandono. Cada vez son más las fincas agrícolas y las zonas de monte sin trabajar. Quienes ejercen su actividad en el campo aseguran que esto está favoreciendo la expansión de depredadores, como el jabalí. Es un círculo vicioso, porque cuantos más destrozos hay más personas deciden dejar de cultivar.