«Sabemos de moitos peregrinos que levaron sustos grandes nesta vía»

Xoán R. Alvite MAZARICOS / LA VOZ

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Cruzar la carretera AC-400 en Mazaricos se ha convertido en una práctica de riesgo para los viandantes

08 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ser peregrino es, en ocasiones, una ocupación de alto riesgo. Entre otras cosas porque no siempre resulta sencilla la convivencia entre los viandantes y los vehículos que circulan por un mismo vial. Bien es cierto que en este asunto, el caminante es el que más acostumbra a arriesgar y el que más tiene que perder. Si no que se lo digan a muchos de los que realizan la prolongación del Camino de Santiago hacia Fisterra y que se ven obligados a cruzar la carretera AC-400, que va de Santa Comba a Muros, para seguir el trazado por el lugar de Lamelas, en Mazaricos.

Este cruce se ha convertido en un punto negro debido a la elevada velocidad a la que acostumbran a circular los vehículos por el lugar, que pudo confirmar la Guardia Civil de Tráfico la semana pasada al detener un turismo que circulaba a 190 kilómetros por hora. «O límite está marcado en 90, pero chega con estar cinco minutos mirando para darse conta de que moitos o superan claramente», apunta Germán Antelo, vecino del núcleo, quien señala, sin embargo, que lo verdaderamente peligroso para los peregrinos es el cambio de rasante previo al cruce de Santa Mariña: «Como hai moita recta, pódense ver con claridade os coches que van en dirección a Santa Comba. Máis difícil, por mor da rasante, resulta ver os que se dirixen cara Muros. Se, por enriba, a velocidade é inadecuada, o risco é claramente maior».

Esta opinión la comparten en la Asociación de Hosteleiros de Mazaricos, que están dispuestos a acudir ante las Administraciones responsables para buscar una solución, habida cuenta del importante número de personas que circulan por el lugar. «O ano pasado foron máis de 25.000 os peregrinos que pasaron por aí, moitos deles no verán, que é tamén o momento do ano en que máis circulación rexistra a estrada. Aínda que polo de agora, afortunadamente, non pasou nada, sabemos de moitos peregrinos que levaron sustos importantes», advierte Jorge Jurjo, presidente del colectivo que pide la puesta en marcha de medidas que permitan garantizar la seguridad integral de los caminantes.

Distintas propuestas

Se da la circunstancia de que al otro lado del vial hay tres establecimientos hosteleros dirigidos a la atención del peregrino, por lo que la inmensa mayoría optan por cruzar la vía en ese punto y no unos cientos de metros más adelante donde, supuestamente, sería más seguro hacerlo.

Entre las soluciones que se barajan está la reducción del límite de velocidad, la colocación de bandas sonoras o la construcción de un paso subterráneo. Esta última parece poco probable por su elevado coste y porque ni siquiera fue planteada cuando se reformó y amplió el vial hace escasamente una década.