Una treintena de escolares de Mazaricos pudieron descubrir los secretos para la elaboración de un plato típico
27 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Este fin de semana tendrá lugar en la localidad mazaricana la vigésima edición de la fiesta do bolo do pote. Una celebración que, a juzgar por el interés que despierta entre los más pequeños, tiene garantizada su continuidad durante muchos años más. Al menos, así quedó de manifiesto con O bolo miúdo, una iniciativa lúdica, y a la vez de promoción turística, que se desarrolló ayer en A Picota, y que fue organizada por el taller de empleo Proturismo 2017, que promueven de forma conjunta los municipios de Mazaricos, Dumbría y Santa Comba.
«Plantexamos esta actividade como unha práctica dos alumnos de Promoción Turística no que, partindo da base dunha cita, neste caso a festa do bolo, facemos a programación completa para darlle publicidade. Dende o cartel anunciador ata un folleto de documentación que se entregou aos colexios participantes, ou todo o relativo á propia posta en escena da celebración, foron feitos polos propios alumnos», explica Anabel Piñeiro, directora del taller, que destaca la satisfacción que produce siempre trabajar con niños.
«Neste caso apostamos polos cativos porque pensamos que a mellor forma de manter viva unha tradición é transmitíndolla aos nenos, e se pode ser dun xeito lúdico, pois mellor que mellor. Traballar con escolares é sempre moi divertido», reconoció Piñeiro. Más todavía lo fue para la treintena de escolares de los centros de enseñanza de Pino de Val y San Cosme -hoy acudirán los de A Picota-, que se lo pasaron en grande durante las casi dos horas que duró la iniciativa. La actividad arrancó con una pequeña representación teatral en la que se explicaba el proceso de elaboración de los bolos y donde los alumnos del taller de empleo ejercieron de improvisados actores.
Con las manos en la masa
Ya con la receta más o menos clara, los chiquillos se enfundaron los delantales y los gorros de cocina y, en las instalaciones del aula gastronómica municipal, se arrancaron con la elaboración de sus propios bolos. Eso sí, no estuvieron solos ante este encargo, ya que fueron siguiendo las indicaciones de dos profesionales en el asunto: Angelita García y Esther Muíño, responsables de la degustación popular que cada año tiene lugar en el marco de la fiesta do bolo do pote.
«Nós pasámolo moi ben e creo que os rapaces tamén. Agora é cando empezamos a verlle utilidade e a poñer en práctica toda a parte teórica na que estivemos traballando estes meses de atrás», apunta Irene Atán, alumna del módulo de Promoción Turística que, en una opinión que comparte también la directora del taller, destaca la implicación de todo el grupo.
«Nótase que a todos nos gusta moito este mundo porque a implicación de todos para que as cousas saian ben é máxima», confesó.