La industria penalizará al sector si no modera la producción láctea

X.R. Alvite

MAZARICOS

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Los ganaderos indican que una firma con predominio en la zona en la recogida de leche propone una reducción de tres céntimos en litro

15 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Poco le ha durado la alegría a los ganaderos barbanzanos. Si el 2017 se cerraba con cifras que animaban a ser optimistas ?después de seis meses consecutivos con leves subidas en el precio de la leche?, todo apunta a que el nuevo ejercicio se presenta bastante más revuelto. Al menos es lo que invita a pensar el hecho de que algunas industrias se planteen firmar los nuevos contratos con cotizaciones a la baja y, lo que todavía resulta más preocupante, con importantes descuentos en el precio a las explotaciones que no moderen su producción en comparación con el año pasado.

«Aínda non nos deron os contratos, pero fálase de prezos para os próximos meses sobre 29 céntimos por litro ?la cotización media en diciembre fue de algo más de 32? e de control mensual da produción, cun pequeno aumento permitido», indica un profesional de Mazaricos que vende a la francesa Lactalís.

Al parecer, la firma gala, mayoritaria en la comarca y también en Galicia, con casi 2,5 millones de litros de recogida diarios (se producen algo más de siete), plantea los nuevos acuerdos de suministro con precios variables referenciados a distintos índices y factores. También sopesa la puesta en marcha de topes para cada granja en función de las entregas realizadas en el mismo mes del 2017 y un porcentaje de tolerancia que algunas fuentes cifran en el 5 %. Las cantidades que excedieran ese margen serían liquidadas a precios sensiblemente inferiores a la del resto de la materia prima. Este periódico intentó, sin éxito, conocer ayer la opinión de la empresa en este sentido.

Aunque de momento solo han trascendido las intenciones de Lactalis, los ganaderos suponen que su posición de dominio provocará que el resto de firmas sigan un camino parecido.

Posibles consecuencias

Desde Leche Celta, por ejemplo, se señala que sus contratos están en vigor hasta abril y que mantendrán las condiciones vigentes, sin aventurarse a señalar que pasará a partir de ahí. La cooperativa Feiraco, también con importante implantación en la zona, hasta el momento tampoco comunicó nada a sus socios.

No sería la primera vez que un exceso de la producción provoca penalizaciones en las cotizaciones en origen. Ya en el 2016 varias empresas descontaron hasta 10 céntimos por litro ?un 40 % del precio inicial? en la leche producida por encima de los topes marcados por las propias firmas.

«Hai tres anos que se acabaron as cotas, pero, visto o visto, é como se seguisen»

La posibilidad de que las industrias vuelvan a imponer límites al volumen de leche que producen las granjas ha caído como un jarro de agua fría entre muchos ganaderos barbanzanos, que lamentan la escasa capacidad que, en el fondo, siguen teniendo para continuar dimensionando sus explotaciones.

«Hai tres anos que se acabaron as cotas, pero, visto o visto, é como se seguisen existindo. Durante 30 anos tivemos que adaptarnos ás cotas e agora témonos que adaptar ás industrias. Está claro que, aínda que traballes a tope e fagas as cousas ben, non che deixan medrar máis», lamenta José Manuel Villar, socio de una cooperativa ubicada en Mazaricos que, precisamente, está llevando a cabo trabajos para ampliar sus instalaciones.

«Non entendo como, por unha banda, dinche que hai que ser competitivos e esforzarse por ser máis grandes e, pola outra, andan limitando a produción cada pouco tempo», comenta mientras explica que durante los últimos años los ganaderos han realizado un esfuerzo importante por adaptarse a la nueva realidad del sector, mientras que la industria ha dado muestras de inmovilidad: «Nós fixemos os nosos deberes, non sei se as empresas lácteas poden dicir o mesmo».

José Manuel Villar afirma que «compramos cota cando había que facelo e fomos competitivos cando a quitaron». Por otra parte, el ganadero mazaricano considera que «as industrias de aquí seguen facendo o mesmo que hai cincuenta anos, meter leite nun envase e pedir que nós nos adaptemos ás súas necesidades».