El retraso que sufre la revisión del catastro genera, en ocasiones, agravios comparativos importantes entre las viviendas que tienen un valor sin actualizar y las de reciente construcción que se inscriben en la base de datos de Hacienda con una tasación más acorde a la real. Este caso se da, entre otras zonas, en el municipio de Mazaricos, donde el año pasado la empresa Eivisa ha estado realizando la inclusión de las viviendas nuevas en la relación de bienes inmuebles de naturaleza urbana.
Este hecho ha propiciado que una vivienda de 190 metros cuadrados situada en un núcleo rural pague hasta tres veces más que una con el doble de superficie situada enfrente. La diferencia radica en el hecho de que una cuenta con el valor base que poseía en 1994 y la otra con el de 2010.
Por eso, la actualización del catastro es buena para las arcas de los concellos, pero también para que no haya este tipo de agravios comparativos.