Un joven de Lousame busca a sus ángeles de la guarda: «Se non fora por eles, estaba morto»

LOUSAME

Carmela Queijeiro

Sufrió un choque anafiláctico por picaduras de insecto cuando estaba desbrozando una finca y ahora trata de localizar a las personas que lo trasladaron al centro médico

09 jun 2023 . Actualizado a las 11:56 h.

Vio de frente a la muerte, pero consiguió esquivarla. Su rápida reacción y la ayuda que recibió de un par de desconocidos propiciaron que Alexandre Blanco Roo, un joven de Lousame de 24 años, se salvara tras sufrir un choque anafiláctico por picaduras de insecto cuando estaba desbrozando una finca en Noia. Ahora, trata de localizar a sus dos ángeles de la guarda, consciente de que si no lo hubieran trasladado al centro médico, ahora no estaría contando la terrible experiencia que vivió la mañana del jueves.

Alexandre Blanco todavía no sabe cuál fue el insecto que lo llevó a estar al borde de la muerte. Él está acostumbrado a tratar con abejas, puesto que tiene varias colmenas, y en más de una ocasión llegaron a picarle, sin que ello le supusiera consecuencia alguna. Cree que fueron avispas las que, cuando sobre las once de la mañana del jueves estaba cortando hierba en una parcela situada en la localidad noiesa de Sobreviñas, lo atacaron: «Notei uns pinchazos e xa tirei coa desbrozadora. Ao momento xa me picaba todo o corpo e, como realmente non sabía se eran formigas ou o que, optei por quitar a roupa e botarme a correr».

Y prácticamente desnudo, el joven llegó a la carretera y trató de parar a algún vehículo para pedir ayuda. Sabe que se detuvo un coche negro, probablemente un Renault Clío, en el que viajaban dos hombres. Como pudo, ya que en ese momento notaba la cara y los labios adormecidos, les resumió lo ocurrido. A partir de ahí, solo recuerda estar circulando por el centro de Noia, donde el tráfico era lento debido a que se celebraba el mercadillo: «Aí empecei a sentir unha dor intensa no peito, a ter problemas para respirar e a ver todo branco. Díxenlles: 'Chavales, voume'». Y se desmayó. Lo siguiente que recuerda Alexandre es despertarse rodeado de médicos.

Del centro de salud de Noia, fue trasladado en ambulancia al Clínico de Compostela, donde le confirmaron que había sufrido un choque anafiláctico, provocado por una reacción alérgica. Las pruebas determinarán ahora qué insecto o insectos pueden ser los causantes: «Non é o primeiro apicultor ao que lle pasa, que despois de sufrir moitas picadas, ao final acaba converténdose en alérxico e mesmo ten que desfacerse das colmenas».

Pero para este vecino de Lousame, lo prioritario en estos momentos es encontrar a sus salvadores: «Se non fora por eles, estaba morto». Es consciente de que su reacción fue la acertada: «Se me tivera quedado na finca e me desmaiara alí, agora non estaría contando o ocorrido. Nun caso destes, está claro que o primeiro que hai que facer é saír correndo en busca de axuda». Pero también sabe que la ayuda que recibió fue crucial. De hecho, recuerda que instantes antes de subirse al coche logró contactar telefónicamente con su novia, pero en aquellos momentos ya solo balbuceaba.

Alexandre Blanco sufrió tres picaduras, una en la cabeza, la más peligrosa, y dos en los codos. Estas últimas son las que le llevan a pensar que sus atacantes fueron avispas autóctonas: «Desconfía delas porque son as que máis van aos brazos». Mientras se recupera en su casa de Vilacoba, ansía tener un encuentro con sus ángeles de la guarda para agradecerles personalmente lo que hicieron por él. Se siente afortunado, pues nunca antes había estado tan cerca de la muerte y sabe que escapó de sus garras por los pelos.