Sara Iglesias: «El arte es un modo de supervivencia»

Carlos Peralta
carlos peralta RIBEIRA / LA VOZ

LOUSAME

CEDIDA

La autora rinde homenaje a su abuela con un cuento infantil y una exposición

27 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La mejor herencia de un familiar fallecido reside, sin lugar a dudas, en su recuerdo. La película Coco retrató con precisión la forma en la que la mella eterna de los difuntos permanece intacta en la familia. El aclamado largometraje de Pixar ambientó en la fiesta de los muertos de México la importancia de honrar la memoria de nuestros antepasados.

Al otro lado del océano Atlántico, la sonense Sara Iglesias también lo entendió a las mil maravillas. Ilustradora y profesora de infantil en A Coruña, combinó sus dos pasiones para rendir homenaje a su abuela, natural de Lousame y fallecida con más de 100 años en el 2020. Fruto de esta devoción surgió el cuento infantil Balbina, de idéntico nombre que su añorada familiar. «No podía ponerle otro», señala Sara, que remarca que su intención principal en esta obra ha sido «transmitir su esencia».

La historia de la escritora sonense sitúa a una joven Balbina en Lousame, en los prolegómenos de una fiesta. Ella quiere acudir pero no tiene zapatos. Para encontrar un calzado apropiado deberá tirar de ingenio. «Quería transmitir que el arte es un modo de supervivencia», cuenta la ilustradora barbanzana. Espóileres aparte, Balbina llegará a la conclusión de que «lo importante no es tener buenos zapatos, sino estar rodeada de gente que te quiere», explica Sara. El relato se apoya en las ilustraciones de la sonense como complemento visual.

Iglesias logró publicar a través de una editora sevillana su primer cuento infantil. Y lo hizo, además, con la satisfacción de que su abuela pudo verlo finalizado antes de su fallecimiento. Superado el ecuador del año 2020, los cierres perimetrales dieron una tregua a la docente sonense, que pudo desplazarse a Lousame para que Balbina, orgullosa y emocionada, comprobara de primera mano una obra que lleva su nombre y también su sello.

Las vivencias de su abuela suponen el centro neurálgico de su proceso creativo. «Pasó por muchas cosas malas y siempre tenía una sonrisa en la boca», recuerda con emoción .También apunta, con mucho orgullo, que no son pocos los familiares que señalan rasgos comunes en el carácter y la personalidad de ambas.

Presentación en Lousame

Sara presentó el pasado sábado en Lousame el cuento infantil y, también, una exposición, Innovación, que «sirve para concienciar sobre la contaminación», argumenta su creadora. La muestra está disponible en la casa de la cultura del concello hasta el 27 de mayo. En este caso es Xoana, una niña, la que descubrirá cómo su entorno está cambiando a través de tres actos con «la madre Tierra, los cuatro elementos y el mar». También aquí participa Balbina, que deberá fabricar sus propios zapatos con elementos reciclados.

Sara Iglesias encontró, con el tiempo, sus dos vocaciones. Y se formó para desarrollarlas lo mejor posible. «Toda la vida me gustó pintar, era mi momento para meterme en mi mundo», rememora la artista. Su madre quiso que disfrutara de su afición por el dibujo y la apuntó a clases de pintura. Allí, su profesora Malena le inculcó el amor por el arte pictórico y la animó, junto a su familia, a enfocar por esta vía su carrera profesional. Décadas después, son amigas y colegas en la docencia.

Pese a que recibió algunos malos augurios, cursó el bachillerato de Artes y la carrera de Ilustración en la Pablo Picasso de A Coruña. Una vez finalizada su formación, comprobó en el centro de puericultura de su madre que los niños también eran parte de su pasión. Dicho y hecho, cursó Magisterio en la capital coruñesa y, actualmente, trabaja allí como profesora de infantil.

Su trayectoria le ha permitido a Sara Iglesias llevar a cabo esta exposición dirigida a los más pequeños. «Hay muy pocas que estén dedicadas exclusivamente a ellos», remarca. Sin tiempo para el descanso, ya trabaja en otro proyecto. «Quiero hacer una programación de álbumes ilustrados dirigidos a otros centros educativos», apunta la ilustradora sonense.

Sus clases le sirven de banco de pruebas. Una iniciativa en proceso en la que Balbina y sus peripecias serán, por supuesto, protagonistas.