Fallece Ramón Queiro Filgueira, el arquitecto de Lousame que recuperó el patrimonio de Sevilla

LOUSAME

Ramón Queiro Filgueira
Ramón Queiro Filgueira

Desarrolló una brillante carrera profesional en Andalucía llevando siempre Galicia por bandera

21 may 2021 . Actualizado a las 09:44 h.

Desarrolló una brillante carrera profesional en Andalucía, donde trabajó en la protección y restauración de edificios monumentales como el Real Alcázar o el convento de los Terceros y palacio de los Ponce de León —lo que le valió la consecución del premio Hispania Nostra en el año 1990— pero Ramón Queiro Filgueira siempre llevó por bandera Galicia y su Lousame natal. Este doctor en arquitectura, que en 1995 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, hizo de Sevilla su tierra adoptiva sin renunciar a sus raíces, como afirma una de sus sobrinas, Eva Lorenzo Queiro.

Natural de la aldea de Meixonfrío, quienes le conocieron señalan que siempre recordaba a la profesora Adelina, que animaba a sus alumnos a proseguir con sus estudios. También hablaba de su padre y del esfuerzo que realizó para que pudiera completar su formación. Ramón Queiro cursó el bachillerato en el Virxe do Mar de Noia y posteriormente se trasladó a Madrid para hacer la carrera de aparejador. Fue durante esta etapa cuando descubrió que su pasión era la arquitectura y cuando coincidió con una persona que lo sumergió en el conocimiento de Andalucía.

Su tesón y capacidad hicieron que pronto comenzara a despuntar, convirtiéndose en catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad de Sevilla, entre otros puestos de relevancia en la comunidad.

Sin embargo, jamás dejó de mantener el contacto con Lousame. De hecho, construyó una casa en Meixonfrío a la que acudía todos los veranos para disfrutar de períodos de descanso.

Familiar y afable

Señala su sobrina Eva que era una persona familiar y afable que siempre se sintió muy orgullosa de su procedencia gallega.

Sus sobrinas Lolita, Manolita, Bea y Eva Lorenzo Queiro, hijas de su única hermana, Pilar, afirman que fue como un segundo padre para ellas tras la muerte, muy joven, de su progenitor: «Sempre se preocupou moito por nós».

Eva Lorenzo señala que a Ramón Queiro, fallecido a los 80 años, le gustaba disfrutar de las pequeñas cosas. Compartía momentos de entretenimiento durante sus estancias en Lousame con sus amigos.

Amante de la gastronomía, desde que se jubiló hizo de la práctica del golf una de sus aficiones. Un cáncer que se desarrolló con rapidez fue la última batalla de este hombre, que será enterrado en Sevilla.