Comienza la gran batalla festiva

M. X. Blanco marcos creo

LOUSAME

marcos creo

Seis vecinos de Lousame rivalizan por organizar la verbena que consiga reunir al mayor número de asistentes. Todos miran con temor hacia el cielo

29 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién se alzará este año con el premio, en forma de reconocimiento público, en las fiestas de San Roquiño de Tállara? Pues será, como en ediciones anteriores, aquel vecino que con la verbena que ha organizado para el día que tiene asignado consiga reunir al mayor número de personas. Así de fácil o de difícil, puesto que pese a que el cartel está circulando desde hace días y es posible hacer quinielas, hay que tener en cuenta un factor que es imprevisible y fundamental, el meteorológico. Y es que una noche lluviosa puede dar al traste con una verbena por muy buenas que sean las orquestas contratadas.

Es por ello que estos días, media docena de vecinos de la parroquia lousamiana de Tállara miran al cielo rogando que las nubes no descarguen su furia. Llevan meses recaudando donativos, puerta por puerta, y realizando gestiones para rendirle el mejor de los homenajes a San Roquiño y esperan que el tiempo no se vuelva en su contra y en la de las numerosas personas que ansían disfrutar de las fiestas que ponen el broche a la temporada de las grandes verbenas en Barbanza.

Antonio Castro será el encargado de dar el pistoletazo de salida a las celebraciones. Él es el organizador de esta primera jornada. Es un veterano en estas lides, puesto que lleva 26 años reuniendo dinero entre el vecindario para buscar después orquestas capaces de atraer al público. Ya avanza que, sea cual sea el resultado de la batalla festiva que ya está en marcha, seguirá al pie del cañón: «Eu co San Roquiño ata que a morte nos separe».

Más trabas que nunca

Él ha sido testigo de los cambios que ha ido sufriendo todo lo que rodea a la organización de unas fiestas y dice que ahora hay más trabas que nunca: «Cada día póñennolo máis complicado, sobre todo no relativo a conseguir permisos, pero nós non nos imos render e aquí seguiremos». Asegura, de hecho, que nadie se ha planteado cambiar el singular formato que tienen las fiestas de San Roquiño y mucho menos reducir el número de días: «A cuestión da batalla é o que lle dá o punto a estas celebracións, o que marca a diferenza con respecto a outras festas. Ademais, non é o mesmo ir seis veces a unha porta pedindo un pequeno donativo que ir unha vez e requirir unha cota grande para organizar seis días».

Con el cartel en el que figuran las doce orquestas que desde hoy y hasta el viernes actuarán en el campo de San Roquiño en la mano, Antonio Castro considera que la batalla será muy reñida en esta ocasión. Es más, si tuviera que descartar una verbena de los primeros puestos del ránking final, esa sería la de hoy, es decir, la que organiza él. «Tiven que recorrer a un grupo porque xa non quedaban orquestras para escoller», explica. Juega con cierta desventaja, por encargarse del domingo, cuando el caché de las orquestas es más elevado, y este año todavía más, puesto que es San Miguel y son muchas las localidades de Galicia que celebran esta festividad con verbena.

Pese a ello, Antonio Castro está animado e ilusionado. Competirá contra los mismos luchadores festivos de los últimos años. Miguel Calvo ha sido el encargado de organizar la verbena que tendrá lugar mañana y tras él tomará el relevo Antonio García, que tiene asignado el martes. El miércoles llegará el turno del más veterano de todos los miembros de esta singular comisión, Miguel Miguéns, que lleva nada menos que seis décadas lidiando este combate.

Francisco García acaparará todo el protagonismo en Tállara el jueves, mientras que Manuel Ángel Moledo se encargará de la verbena del viernes, la que pondrá el colofón a esta edición del San Roquiño.

Representantes de las seis comisiones, en la última reunión de trabajo. FOTO