Las parroquias de alto riesgo sufrieron 117 incendios durante el último lustro

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

LOUSAME

MATALOBOS

Las áreas de especial atención se encuentran en Boiro, Lousame y Ribeira

08 may 2019 . Actualizado a las 20:24 h.

Aunque las llamas que arrasaron más de mil hectáreas en Dodro y Rianxo el pasado mes de marzo vinieron a demostrar que cualquier época del año es propicia para la propagación del fuego, la temporada de alto riesgo de incendios todavía no ha empezado. La Xunta se prepara para su próximo inicio y para ello ha publicado, como en cada ejercicio, el Plan de Prevención e Defensa contra os Incendios Forestais (Pladiga), en el que se definen las zonas especialmente delicadas ante la amenaza del fuego. El documento delimita incluso aquellas parroquias de alta actividad incendiaria. En el caso de la comarca son cinco y en ellas se han registrado más de un centenar de incendios en los últimos cinco años.

Las cinco parroquias señaladas por la Xunta con el objetivo de intensificar la vigilancia en ellas son Santa Baia de Boiro, Tállara, en Lousame, y las ribeirenses de Palmeira, Santa Uxía y Carreira. Todas figuraban ya en este listado el año pasado y todas han sido incluidas por el mismo motivo: el elevado número de fuegos forestales registrados en ellas.

Son dos los criterios que establece Medio Rural para definir las parroquias de alta actividad incendiaria (PAAI): que sufran una media anual de siete incendios o más durante cinco años o bien que a lo largo de una década hayan registrado al menos dos fuegos en los que se hayan quemado más de 200 hectáreas. En Barbanza, hasta este año, Ribasieira, en Porto do Son, era la única zona que figuraba en el listado por este segundo criterio. Sin embargo, después de dos años sin focos que hayan superado las tres hectáreas ha abandonado la relación de PAAI.

Cinco de siete

La situación en la comarca, por tanto, está, al menos sobre el papel, mejor que hace un año, pero Barbanza sigue al frente de la provincia en número de parroquias de alta actividad incendiaria. El área barbanzana tiene el dudoso honor de contar en su territorio con cinco de las siete PAAI delimitadas por Medio Rural en la provincia coruñesa. En ellas se han registrado en los últimos cinco años un total de 117 fuegos forestales, y en la última década se han quemado más de mil hectáreas en total.

La peor parada ha sido la parroquia lousamiana de Tállara, que es la que acumula mayor superficie calcinada. De hecho, en esa zona de Lousame se han contabilizado 40 focos en el último lustro, lo que la coloca como la quinta de Galicia con mayor reiteración de la actividad incendiaria en este período. Además, los incendios sufridos también han sido más virulentos y de las 1.097 hectáreas arrasadas en las PAAI de la comarca, 658 pertenecen a Tállara.

Para los territorios en esta situación, el Pladiga establece una serie de medidas extraordinarias de prevención y de protección de los montes frente al impacto producido por las llamas. Se realiza además un seguimiento exhaustivo de cualquier actividad realizada en la zona y se intensifican las actuaciones de vigilancia y disuasión.