El CSIC logra conservar in vitro el roble enano del monte Pindo

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

CARNOTA

cedidas

La especie arbórea solo se encuentra en esta zona de Carnota

09 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los incendios que en el año 2013 arrasaron parte del monte Pindo casi se llevan por delante uno de sus elementos más preciados: el roble enano, una especie emblemática en Galicia que solamente crece en las laderas de esta montaña de Carnota, y que precisamente por ello se encuentra dentro del catálogo de árboles amenazados. Este fue uno de los motivos que llevó al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a poner en marcha un proyecto para desarrollar un protocolo de conservación in vitro de este tipo de ejemplares, un trabajo que acaba de dar sus frutos.

Carmen San José y Elena Corredoira, del Grupo de Biotecnología y Mejora Forestal del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia, son dos de las especialistas que han podido dedicar parte de su tiempo a esta iniciativa, que comenzó a tomar forma hace unos cuatro años, pero la falta de financiación externa ha hecho que no sea hasta ahora cuando se vieran los resultados.

Para iniciar el estudio se emplearon las ramas de los robles enanos que sobrevivieron al fuego del año 2013, cuyos brotes se metieron en unos tubos de ensayo que tenían un lagar como soporte nutriente. «Los resultados revelan que las microplantas que hemos obtenido pueden ser transferidas al invernadero y de ahí al campo con porcentajes de supervivencia superiores al 70 %», explicaron las investigadoras, que señalaron que esta técnica resulta especialmente eficaz para la propagación de especies y garantiza su fidelidad genética. «Este método permite clonar ejemplares de árboles seleccionados que pueden ser posteriormente utilizados para la repoblación de los ecosistemas deteriorados», afirmó San José, cuyo equipo está especializado en el cultivo in vitro de castaños, alcornoques o encinas.

Especiales características

Sin embargo, las especiales características de roble enano hicieron que sintieran gran predilección por estos árboles. «Solamente hay esta población en Galicia, para encontrar más habría que viajar 500 kilómetros hasta Granada, o al norte de África y Portugal», reconoció Elena Corredoira, que destacó lo distintivo de la especie. La investigadora confesó que, en un principio, solamente conocía estos ejemplares por la literatura, «porque yo no los había visto físicamente. Cuando fuimos al monte Pindo me sorprendieron, porque son de mi altura, sobre 1,50 metros, y son muy llamativos porque todo el mundo piensa siempre en árboles altos».

Terreno escarpado

Las especiales características de las laderas del monte carnotano son las culpables de que estos robles no crezcan más, ya que el terreno escarpado y con poca tierra no tiene profundidad suficiente para que las raíces se expandan. Esta peculiaridad unida al grave deterioro de su hábitat hacen necesario buscar nuevas vías de conservación, y esta investigación del CSIC es una de las mejores alternativas.

Corredoira apostó por seguir trabajando en esta línea, al mismo tiempo que avanzó que el roble enano posee un componente que puede ser empleado en la industria farmacéutica, tanto para cosmética como para medicamentos, y que es un aliciente más para seguir preservándolo.

cedidas