El exjefe de la Policía Local de Boiro, acusado de prevaricación: «Seguía instrucciones de que las multas que tenían errores no se enviasen»

Francisco Brea
F. Brea RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Manuel Feás, exjefe de la Policía Local de Boiro, durante el juicio en la Audiencia Provincial.
Manuel Feás, exjefe de la Policía Local de Boiro, durante el juicio en la Audiencia Provincial. PACO RODRÍGUEZ

La acusación solicita 14 años de inhabilitación en cargo público para Manuel Feás, mientras que la defensa pide la libre absolución

26 mar 2024 . Actualizado a las 16:05 h.

El juicio en el que Manuel Feás, exjefe de la Policía Local de Boiro, se sentó en el banquillo acusado de prevaricación por retirarle multas de tráfico a amigos y familiares quedó visto para sentencia en la sección sexta de la Audiencia Provincial. En la última sesión declaró Feás, que explicó el sistema que se utilizaba para tramitar las sanciones, afirmando que aquellas que no venían acompañadas de fotografías, o estas eran ilegibles, no se cursaban. Además, aseguró que no tuvo intención de favorecer a nadie en particular y que la praxis fue la misma en todos los casos.

En su declaración, como recoge Europa Press, aseguró que su cometido era principalmente la «organización interna» de la comisaría y que, en cuanto a las denuncias, las «contabilizaba» y separaba aquellas que debía remitir a la jefatura de Tráfico de las que iban vía municipal.

Las de Tráfico, añadió, las enviaba él mismo, mientras que las demás se las devolvía a los agentes para que cumplimentasen los atestados y añadiesen los elementos necesarios, como imágenes. Entre otras cosas, Feás apuntó que eran los policías los que señalaban si la denuncia iba al Concello, a Tráfico o era nula.

Al archivo

Antes de remitir las multas al Ayuntamiento, declaró ante el tribunal, «había que comprobar si iban correctas» y «si no había foto o no se veía correctamente, no se mandaba». El exjefe de la Policía Local de Boiro también recalcó que el «tenía reuniones con los instructores, que nos daban las pautas a seguir». Apuntó que el instructor le trasladó que «había mucho volumen de trabajo» y lo instó a no remitir aquellas denuncias que estaban incompletas, porque «iban al archivo».

«Seguía instrucciones de que las que tenían errores no se enviasen», testificó Feás, que respondió a preguntas del fiscal y de su defensa, alegando que él nunca entró a valorar las multas.

Este viernes también declaró, a petición de la acusación, un vecino de Boiro que acudió a la sede de la Policía Local porque su padre había sido multado. En el juicio apuntó que no conocía al acusado.

Tras tres jornadas, llegó el momento de los alegatos. La defensa pidió la libre absolución de Manuel Feás al entender que no hay pruebas de cargo ni delito. La letrada recordó que, aunque en la causa obran una serie de denuncias de personas supuestamente relacionadas con el procesado, el número de sanciones no tramitadas o anuladas en la Policía Local de Boiro es «elevadísimo» y de ello no se acusa al exjefe.

El fiscal, que en ningún momento acusó al exjefe de la Policía Local de Boiro, dijo que no ve prevaricación en los hechos: «Era un mero tramitador». También indicó que no hay constancia de que tuviera «capacidad de anular multas» sino, como mucho, de ocultarlas.

«Su posible decisión no se proyectó en una decisión administrativa, y la deslealtad no es lo mismo que una decisión administrativa», dijo el representante del Ministerio Público, apuntando que si se produjo ocultación de sanciones «puede ser otro delito o llevar consigo un expediente disciplinario, pero no es prevaricación».

Por su parte, la acusación solicitó al tribunal una pena de 14 años de inhabilitación para cargo o empleo público. Entiende que quedó «acreditado» que «no se tramitaban aquellas multas con respecto a las que el acusado tenía algún tipo de interés» y ve su actuación «arbitraria».

Una guardia civil dijo que el buzón de las multas se cambió de lugar

En la primera sesión del juicio salió a escena el buzón en el que se guardaban las multas al cual, supuestamente, solo tenía acceso Feás. Sin embargo, este viernes, una guardia civil testificó que ese elemento se movió de sitio para el momento de su inspección, colocándolo en un lugar en el que solo podía abrirse con la llave, pero que antes estaba ubicado en un punto en el que cualquiera podía meter la mano y retirar algo de su interior.