La bicicleta volvió a ser la protagonista de las calles de Boiro

BOIRO

Unos setecientos participantes se dieron cita en la fiesta de las dos ruedas

08 nov 2022 . Actualizado a las 12:28 h.

Las calles de Boiro tuvieron este domingo una protagonista especial, la bicicleta, ya que era su día, una fiesta que no se celebraba desde el otoño del 2019 a causa del parón obligado por la pandemia, motivo más que suficiente para que la cita no defraudara y volvió a celebrarse con éxito de asistencia, más de 700 personas, y de diversión. Y eso que los más pesimistas temían que las previsiones meteorológicas de toda la semana se cumplieran y que el domingo acabase estando regado de lluvia, más todavía al producirse importantes chubascos durante la madrugada, y una ligera llovizna poco antes de las 10.00.

Los malos augurios no disuadieron a los que llegaban a Boiro en coches con los remolques cargados de vehículos de dos ruedas, ni a los vecinos que iban de un lado a otro de la villa en la búsqueda de la bicicleta que este familiar o aquel amigo le había dejado para no perderse la marcha. Y en un lapso no superior a media hora, los característicos ruidos de timbres, de las cadenas, de los cambios de piñón y de catalina se escucharon por todas las esquinas porque el tímido sol que trataba de brillar entre las nubes anunciaba que, al menos al comienzo, las precipitaciones no iban a aparecer.

La hora de la concentración era a las 10.30 en la plaza de Galicia, donde ya sonaba la música que José Manuel Blanco, Cocó, había puesto, y el recinto estaba adornado por la publicidad de los promotores, patrocinadores y colaboradores, y el personal de Bicis Daniel Ríos atendía y resolvía las dudas de los ciclistas.

Coche de equipo

El característico pito del coche de equipo del Club Ciclista Barbanza anunció la llegada de un pequeño pelotón de voluntarios de la entidad que se iban a encargar de seguir de cerca toda la ruta, para evitar accidentes. Con sus trajes amarillo fosforito y su querido presidente, Ricardo Riveiro, al frente llenaron de colorido la plaza, y como si los relucientes tonos ejercieran atracción, empezaron a comparecer por decenas los participantes, de forma que diez minutos antes de la hora de la salida, las 11.00, prácticamente se podía dar por iniciado el paseo de un pelotón del que formaba parte el alcalde de Boiro, José Ramón Romero; la concejala de Deportes, Dores Torrado; y los ediles Marcos Fajardo, Raúl Treus, María Outeiral, Carlos Rodríguez, Manuel Romero y Diego Santamaría, entre otros.

A velocidad de paseo, porque la actividad era eso, un paseo en bicicleta por las calles de Boiro, Escarabote, Cabo de Cruz y Abanqueiro, empezó la ruta que encaró la parte alta de la villa, para descender por la antigua carretera de A Boliña y tomar la calle peatonal, que fue recorrida de extremo a extremo.

A lo largo del trayecto, se fueron incorporando todavía más ciclistas, de forma que cuando aún estaba saliendo de la plaza la cola del grupo, la cabeza ya estaba a la misma altura, lo que significa que la serpiente multicolor estirada podría alcanzar el kilómetro de largo.

Respeto y paciencia

Todo transcurrió con normalidad, porque si los ciclistas respetaron las normas de llevar casco y no invadir el carril izquierdo, los automovilistas demostraron una paciencia digna de mención, ya que tuvieron que esperar a que pasara el último participante para poder seguir su marcha, y no siempre se respetó la obligación de transitar por la derecha, no obstante, los chavales del Club Ciclista Barbanza se encargaron de indicar a los incumplidores que regresaran a su carril. También la Guardia Civil y Protección Civil de Boiro tuvieron un papel fundamental para que la actividad se desarrollase dentro de los parámetros de seguridad que se pretendía.

A lo largo de los más de 14 kilómetros de recorrido, las conversaciones de los participantes giraron en torno a lo excepcional que era poder recorrer las principales vías del municipio con tranquilidad, intercambiando pareceres, y descubrir parajes y viviendas que nunca antes habían visto, sobre todo los niños, que lógicamente tienen limitado el disfrute de la bicicleta a los entornos más próximos a sus viviendas.

En el tramo final de la ruta, una ligera llovizna puso al pelotón en guardia, que empezó a apurar el ritmo ya que quedaban escasos dos kilómetros para llegar a la plaza de Galicia, pero fue una falsa alarma, porque no solo escampó, sino incluso salió el sol, lo que permitió que los esforzados paseantes en los vehículos de dos ruedas repusieran fuerzas a base de bocadillos preparados por Restauración Chicolino, si no lo habían hecho ya antes con las barritas energéticas que repartió el Club Ciclista de Barbanza, entidad que tiene abiertas las altas de socios con el fin de que aquellos que disfruten con el deporte de las dos ruedas puedan probarlo desde otro punto de vista.

Ya en la plaza de Galicia, se procedió al sorteo de regalos: cinco lotes de conservas donados por Jealsa: cuatro cascos y una bicicleta, de Bici Daniel Ríos, y un vale de compra por importe de 50 euros de Vegalsa-Eroski,

El alcalde de Boiro, José Ramón Romero, cerró el acto agradeciendo la importante participación que se había registrado y animando a los asistentes a repetir en próximas ediciones. También tuvo palabras de gratitud para La Voz de Galicia y Radio Voz, Vegalsa-Eroski, Jealsa, Bici Daniel Ríos, Autos Outeiral y Restauración Chicolino.

Reconoció asimismo la labor del Club Ciclista Barbanza, Protección Civil y Guardia Civil, así como de todas las personas y entidades que de alguna manera contribuyeron a que el Día de la Bicicleta de Boiro se desarrollara sin incidentes.

La fiesta de la bicicleta de Boiro refrendó de esta forma la condición de ruta más numerosa que se desarrolla en la zona con vehículos de dos ruedas. Se da la circunstancia de que se celebra en el municipio que cuenta con más kilómetros de sendas ciclistas de Barbanza, y que va a seguir extendiéndolos.