Ketty Paisal: El ingenio musical detrás de los escenarios

Christopher Rodríguez
CHRISTOPHER RODRÍGUEZ RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

MARCOS CREO

La artista compagina el trabajo en su discográfica Sonaxe Records con impartir clases de piano en Boiro

04 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La música no es algo que simplemente se toque o se reproduzca por mero entretenimiento. Es sentimiento, es expresión, en definitiva, es arte. Y, aunque en el gremio, los mayores elogios se los lleven los artistas que se suben a los escenarios, lo cierto es que, detrás de eso, hay mucho trabajo realizado por personas que no son los receptores directos de los aplausos.

Este es el caso de Ketty Paisal (Palmeira, 1979), cuya ocupación es la de profesora de piano y representante musical. Desde hace más de una década, se dedica a crear y acompañar intérpretes por toda España y parte del extranjero, teniendo que desplazarse incluso al otro lado del océano Atlántico.

Su interés por la música no le pudo venir más de cerca, ya que tres generaciones de intérpretes le preceden, entre los que destaca su padre, Enrique Paisal, pianista y fundador de Los Tamara, que en la actualidad ejerce como director del conservatorio de Ribeira. Por esto y por su talento natural, no sorprendió a nadie que su vida girase alrededor de ritmos y melodías: «Para mí, la música lo es todo. Lleva rodeándome desde la cuna y no parece que vaya a dejar de hacerlo».

Entre bastidores

Paisal estudió en el conservatorio y consiguió graduarse como pianista. A pesar de esto, desde un principio tuvo claro que ella no sería la encargada de tocar sinfonías, pero sí haría que otros pudiesen exprimir toda su capacidad: «A mí me da vergüenza tocar delante de la gente, prefiero estar detrás del escenario».

Por este motivo, en el año 2008 se sumergió en la gestión de la Escuela Municipal de Música de Boiro, momento desde el que los alumnos se multiplicaron hasta llegar a unas cifras inimaginables para muchos en sus inicios: «Cuando llegamos había matriculadas unas 40 personas y éramos tres profesores. El curso pasado fuimos 259 aprendices y 13 docentes. Cada año esto aumenta y hay que adaptarse a las necesidades de todos para que funcione correctamente».

Paisal no se conformó con su éxito como maestra, por lo que también emprendió la aventura de crear su propio sello discográfico. En el año 2009, acompañada de los músicos Marcos Pin, Gabriel Riveiro y José Luis Miranda, creó la cooperativa Sonaxe Records. Allí desarrolla su actividad como productora musical, representando a grupos como A Banda da Balbina, Supersándwich, As Lens y al propio Enrique Paisal, con los que ha llegado a hacerse un hueco en una industria muy exigente: «Los inicios en este mundillo son muy duros, aunque llevar a mi padre me ayudó desde el primer momento. Es un círculo cerrado en el que hay mucha oferta y demanda. Poco a poco, te vas haciendo un hueco con el boca a boca hasta conseguir cierto asentamiento».

De esto es buen ejemplo que tanto a la representante como a sus grupos le han llegado oportunidades más que valiosas, una de ellas, la de acompañar a A Banda de Balbina a los Estados Unidos, en concreto a la ciudad de Nueva York, en una actuación que tendrá lugar en los próximos meses: «Lo más difícil es que te den un espacio para actuar y en este caso lo hemos conseguido y con creces. Va a ser un centro gallego situado allí, pero este tipo de bolos siempre abre puertas para expandirse».

Próximos objetivos

Aunque su carrera como productora y profesora se encuentra en una dinámica ascendente, Ketty Paisal mantiene los pies en el suelo, y más después de los malos momentos vividos por la industria musical durante la pandemia: «Sinceramente, este año nos fue bien, recuperamos muchas actividades y eso se agradece. Tras lo que hemos pasado solo pido que esto siga así. No tengo grandes aspiraciones más allá que prolongar en el tiempo esta dinámica positiva».

Después de toda una vida rodeada de ritmo, partituras y teclas de piano, Paisal vive uno de los mejores momentos de su carrera. Aunque no tira las campanas al vuelo, la realidad es que trabajo y música no le faltan.

Sus manos no son las que reproducen las armonías que levantan al público de su asiento, su voz no es la que emociona con cada nota, pero su cabeza y conocimientos han otorgado a decenas de artistas la oportunidad de hacerse un hueco en la implacable industria musical.