Manuel Astray Costas: El talento del rap con 3,5 millones en Spotify

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

marcos creo

Su canción «22:22» lo ha puesto en el mapa, pero no se para y lanza un mensaje: «Lo mejor está por llegar»

24 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Apunten este nombre: Manuel Astray Costas (Boiro, 2003). Volverán a escucharlo muy pronto. Si 22:22 fue la canción que lo puso en el mapa gracias a la friolera de 3,5 millones de reproducciones en Spotify, una simple conversación con esta promesa del rap evidencia una cosa: este chaval de 19 años tiene las cosas muy claras. Humilde, maduro, inteligente y con los pies en la tierra. Su sueño, llegar a vivir de la música. Su plan, trabajar hasta conseguirlo. No hay recetas mágicas, tampoco presión. La música será la que lo coloque en el lugar que le pertenece.

Sus inicios no difieren del resto de raperos de España: «Nos gustaban las batallas de gallos y llegó el momento en que intentamos hacer lo mismo». No era el único que destacaba en Boiro, pero no se echó para atrás cuando le tocó grabar la canción de su debut: «Pensé que lo que escuchaba también podía hacerlo. Me lancé». Su primera visita a un estudio fue en Vilagarcía: «Con dos colegas, me daba vergüenza hacerlo yo solo». La tituló 22:22, tema que se viralizó hasta superar los citados 3,5 millones de escuchas. Una barbaridad. Ni él puede explicarlo: «La saqué en enero, pero no empezó a funcionar hasta creo que fue noviembre. Yo lo llamo suerte, no creo que sea lo suficiente buena. Incluso siento rabia, porque considero que tengo canciones mejores que no alcanzan ni un porcentaje de esas reproducciones».

Astray se siente como los artistas que años después ven las obras que los consagraron y creen que no tenían la calidad suficiente. Desde ese primer hit cuenta con temas que demuestran una evolución y una madurez musical inaudita para un chaval que todavía no tiene 20 años. Un ejemplo es The northface, tema que permite ver a un artista cargado de talento, y de una pulcritud en la producción digna de primeras espadas del género.

«Desde pequeño las frases van saliendo solas. Ahora con mi productor busco la madurez y una música que se diferencie. Si haces lo mismo que el resto no vas a conseguir que la gente te sea fiel. Queremos hablar del barrio, somos de aquí, de Galicia. Narramos nuestra vida y queremos que la gente se sienta identificada».

Tras ese primer triunfo en Spotify, la principal plataforma de reproducción de música del mundo, no es la primera persona que le pregunta cuándo podrán verlo sobre un escenario. El covid, hasta el momento, ha sido un hándicap: «Tenemos una fecha marcada, que es el concierto en el Rompetiño, en Porto do Son. Sabemos qué queremos hacer y nos lo tomamos en serio porque el directo es una parte muy importante. Queremos que sea un punto de inflexión. Pretendemos que esto no solo sea sacar temas, sino crear un movimiento».

Aunque mantiene gran parte de sus sueños en la música, reconoce que su vida no acaba ahí. Estudia el grado de Publicidad y Relaciones Públicas en Pontevedra, donde quiere unir esa pasión por el arte con la comunicación y el márketing: las otras caras de cualquier músico de éxito. No es su única ocupación, ya que, aunque todavía es juvenil de tercer año, ya ha debutado en Preferente con el Club Deportivo Boiro. Y con gol. «Jugué en el Abanqueiro, en el Cabo y después en el Boiro. Llevo toda mi vida jugando ahí y es un orgullo haber debutado. Para el año seré sénior y me gustaría que contaran conmigo».

Sacrificio

Tres entrenamientos a la semana, la música, el grado y «me sobra tiempo para estar con mis amigos. La música la hago cuando me apetece. El fútbol tengo que ir dos días a la semana en tren a Vilagarcía y de allí me coge un compañero para ir a Boiro. Con los juveniles entreno los viernes, pero no me cuesta, lo hago porque me gusta. Me gustaría llegar en el fútbol lo más alto posible y jugar hasta que el cuerpo me lo permita. Obviamente sé que no será Primera División».

Lo que otros tardarían una vida en conseguir, Astray —recuerden, apunten su nombre— lo ha logrado sin siquiera cumplir los 20. Como en el terreno de juego, no esquiva los retos, los busca. Esa es su receta para marcar su camino. Un trayecto que comenzó con 3,5 millones de reproducciones, pero que tiene claro que «lo mejor está por llegar». La mejor versión de Astray todavía está cocinándose a fuego lento. En el Rompetiño toca dar otro paso.