La boirense que convirtió la planta de oncología infantil en su escenario

María Xosé Blanco Giráldez
M. x. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

Invitada por Asanog, Marta Ríos narró cuentos a los niños ingresados y ya piensa en repetir

11 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Forma parte desde hace años de la compañía teatral Talía y, como tantos otros actores, Marta Ríos (Boiro, 1977) llevaba tiempo sin actuar en público, debido al parón obligado por la pandemia. Pero la vuelta a los escenarios no podía haber sido mejor. Ocurrió en el Clínico, concretamente en la planta de oncología infantil. Respondiendo a una llamada de Asanog, la asociación que ayuda a estos pequeños, la boirense se presentó en el hospital cargada de historias y la respuesta de los espectadores no podía ser mejor. Ella hacía balance con un «volverei seguro».

Marta Ríos explica que el origen de esta iniciativa se remonta al confinamiento. Para hacerle más llevadero el encierro a una amiga suya, le grabó un cuento y se lo envió: «Gustoulle tanto que a nai me dixo que, en canto se puidera, tiña que ir ao hospital para narrarlle historias aos nenos que estaban alí ingresados». Y con la vuelta a la ansiada normalidad, llegó la invitación y la aceptación por parte de la actriz boirense.

En la selección de relatos que hizo no podía faltar el que tanta ilusión había despertado en su pequeña amiga: Rapunzel con piollos, de El Hematocrítico. Le sumó Chímpate Pepa, de Paula Carballeira, por consejo de su hijo, y unas buenas dosis de empatía, gracia y desparpajo. El resultado fue de diez, por lo menos en lo que a la contadora se refiere: «Foi unha experiencia moi gratificante, decateime de que o pouco que eu podía achegar podía ser moito para eles, que tiveron o seu momento de desconexión e de respiro».

La protagonizada por Marta Ríos fue la primera actividad externa de la que disfrutaron los chiquillos, por lo que también para ellos resultó muy especial: «Un deles fíxome trucos de maxia e tocou a guitarra, co que fun eu a entretida. Outro faloume de que coñecía a illa dos Ratos e descubrín que eramos veciños, porque así é como moitos denominan a Bensa».

La emoción con la que se refiere a la aventura vivida deja entrever que a la boirense le quedaron ganas de repetir la experiencia, pero ella misma lo confirma: «Xa me vin para a casa pensando en como podía mellorar a actividade de cara á próxima visita, buscando sobre todo que os nenos participen máis. Está claro que o meu regreso depende de Asanog, pero eu si que quero ir».

Marta Ríos reconoce que siempre sintió una afinidad especial con los niños. Es, de hecho, profesora de infantil y, como actriz, ha realizado un sinfín de actividades con los más pequeños: «Son un público moi crítico e moi sincero».

Cambio de rumbo laboral

El mundo de la interpretación guía ahora los pasos de esta boirense a nivel profesional, después de que la pandemia pusiera patas arriba su vida. Hasta la irrupción del covid, trabajaba en la escuela infantil de O Saltiño, pero una sobrecarga laboral y mental la obligó a pisar el freno y ahora quiere luchar por cumplir el sueño de trabajar en lo que más le gusta: el teatro.

Cuenta con volver pronto a los escenarios con Talía. Si el coronavirus no se cruzara en su camino, tenía que haber empezado a preparar un nuevo espectáculo con esta compañía el pasado mes de enero, pero fue aplazado. Si las previsiones actuales se cumplen, en enero comenzarán los ensayos y hacia marzo tendrá lugar el ansiado estreno. A Marta Ríos no le da llegado el momento: «Hai tanto que non estou enriba dun escenario que teño moitas ganas. Tamén sinto certo medo, porque aquilo que hai moito que non fas provoca inseguridade, pero as táboas tíranme moito».

De forma paralela, está tranzado un plan de trabajo a base de talleres y otras actividades que impliquen a los peques de la casa: «Gustaríame darlle prioridade ao eido da interpretación a nivel laboral ou, polo menos, tentalo. Estou moi interesada en traballar cos nenos o eido das emocións». Aunque el momento puede no ser el idóneo para emprender, en pleno proceso de vuelta a la normalidad, Marta Ríos tiene ganas, ilusión y una trayectoria avalada por un premio María Casares que recibió en el 2011.